A nadie molesta el fraude: todos hacen lo mismo

Muchas personas se preguntan inocentemente ¿qué ganan las personas con tener afiliaciones en dos o seis partidos políticos si solo pueden votar una vez, más aún ahora que las elecciones internas de los partidos políticos se realizan simultáneamente en el mismo día y no como antes que podía votar un domingo por un partido y al siguiente domingo en la interna de otro partido.

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Aparentemente el único inconveniente es la tinta indeleble, con que se pinta el dedo del votante para que se le impida votar en dos partes.

Hubo una época en que las internas partidarias se realizaban en distintas fechas, lo que facilitaba a ciertos jefes partidarios a realizar un “intercambio” de afiliados para que puedan ganar en sus respectivos partidos. Así, el dirigente del partido A prestaba “sus afiliados” al dirigente del partido B, el cual le retribuía de la misma manera con lo cual ambos salían ganando en las internas de sus respectivos partidos.

¿Por que lo permiten los otros?

Entonces uno se pregunta por qué los otros competidores permiten que suceda esto, teniendo en cuenta que son supuestamente los perjudicados. Pues resulta que no son perjudicados y la explicación es porque todos hacen lo mismo, aunque en distintas formas.

Es la misma explicación válida para el caso de los planilleros. Todos saben que todos tienen “sus” planilleros, pero nadie dice nada a nadie porque nadie puede tirar la primera piedra si no desea que el techo de vidrio se le venga encima.

Como una gran solución surgió el tema de las internas simultáneas, pensando que por realizarse todas al mismo tiempo se evitaría que una persona pudiera votar en más de una oportunidad.

Sin embargo, ni la tinta indeleble logró frenar a los doble votantes ni la simultaneidad de las internas pudo terminar con el problema de la múltiple afiliación que permite la migración de un partido a otro.

¿Cómo funciona?

Volvemos al comienzo. Una persona que se afilia en tres o siete partidos es porque tiene la intención de lucrar con su afiliación y su voto. Lo hace, no porque se haya arrepentido de su opción política, sino porque tiene la clara y decidida intención de cometer un acto de deshonestidad, de ganar dinero fácil, sin importar el daño ético a la democracia ni el atropello a la legalidad.

Para ello necesita de candidatos igualmente deshonestos que para asegurar su triunfo necesita sobornar a muchas personas al mismo tiempo, sin importar su ideología ni afiliación partidaria. El requisito es que vendan su conciencia y se conviertan en cómplices del delito que están cometiendo.

¿Los vendidos votan contra su partido?

En la relación del votocomprante con el votovendedor, lo que menos importa es a qué partido político pertenece la persona que recibirá el soborno.

Los candidatos que compran votos necesitan votos, no de la afiliación de las personas dispuestas a recibir la paga. Para ellos tienen valor el registro de la persona en el padrón, no importa en qué concepto, sino que reúna todos los requisitos para votar.

Es así que para las internas coloradas, por ejemplo, sirve tanto el afiliado colorado como el afiliado de otro partido, pero que también esté afiliado al Partido Colorado.

No importa que esté afiliado a otro partido

Lo mismo pasa, por ejemplo, con las internas liberales, de Encuentro Nacional, Tekojoja y otros. Lo fundamental es que la persona a ser comprada figure en el padrón del partido donde debe votar.

Los responsables de partidos políticos alegan que para ellos las personas con múltiple afiliación son responsables de sus actos y los partidos políticos son responsables, cada uno, de sus padrones. No se puede intervenir en los padrones de otros de modo que si no los borran ellos, nadie más puede hacerlo.

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