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Lejos quedaron los tiempos en los que Horacio Manuel Cartes Jara se declaraba un “simple funcionario” de Cambios Amambay. Dos décadas después, en agosto de 2013, el patrimonio del “simple operador” contratado había alcanzado cifras inimaginables y estaba cerca de los G. 1,4 billones (US$ 200 millones).
Cuando asumió la Presidencia, Cartes declaró activos por más de G. 1,3 billones (unos US$ 200 millones). Tenía una sola deuda, por G. 24 millones con Banco Amambay, propiedad de su familia. Tenía nueve camionetas y solo tres inmuebles.
Para 2014, el entonces presidente volvió a presentar una nueva declaración jurada en la que declaró un total de 11 vehículos, cinco aviones y un helicóptero. Sus activos habían subido a G. 1,6 billones y sus deudas subieron drásticamente a G. 24.000 millones. Cartes declaraba acciones en varias empresas ganaderas, pero decía no poseer vacas.
También declaró que varias de las compañías en las que era accionista le debían dinero. Y entre sus deudores aparecía hasta el club Libertad, al que le prestó casi G. 25.000 millones.