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Una gran fiesta feminista y popular se vivió ayer en el centro de Asunción, con música, teatro, poesía, festival, y charlas. Más de cinco mil personas llegaron de diferentes espacios y clases sociales para marchar con las mujeres de las organizaciones sociales y políticas por el 8M Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Cada año van sumándose más personas y organizaciones en las marchas de las mujeres.
En esta ocasión encabezaron la fila las organizaciones de los pueblos indígenas que sufrieron violaciones, asesinatos y despojos de territorio. Al término de la marcha, el acto central se inició con un ritual indígenas en La Costanera.
“Nos convocamos para reivindicar la lucha por el trabajo y la vida digna de las mujeres en Paraguay. Estamos agradecidas por la resiliencia de nuestras ancestras y unidas por un futuro feminista para las generaciones que nos siguen. Hablamos hoy por Francisca, Gumercinda, Carolina, María Dolores y todas las mujeres asesinadas; nosotras las trabajadoras, campesinas, indígenas, afrodescendientes, lesbianas, transexuales, que sentimos sobre nuestros cuerpos las múltiples desigualdades de este sistema capitalista, colonial y patriarcal”, dice parte del pronunciamiento.
La feminista y socióloga Clemen Bareiro dijo: “Cada año salimos a las calles a recordarle a este Estado que somos la mitad de la población, que necesitamos la igualdad ante la ley en términos laborales, pero además por la extrema violencia que se vive desde el Estado y desde este sistema”.
Alejandra Valdez, estudiante de sociología de la UNA, señaló: “Nosotras decimos que son alarmantes los índices de violencia que sufren las mujeres. Venimos a la marcha como agrupación política de jóvenes y trabajadores apoyar a las feministas y planteamos una movilización permanente de las mujeres para repudiar al gobierno de Mario Abdo al que consideramos antiderechos y antipopular”.
Ana Melo del Cepate manifestó que para ellas es muy importante venir a la marcha identificadas como actrices. “Queremos programas específicos desde las instancias públicas para las mujeres. La paga siempre es muy precaria y para todo el trabajo artístico necesitamos apoyo real. Somos trabajadoras y, por lo tanto, tenemos que ser reconocidas como tales, sufrimos precariedades como cualquier mujer obrera”.