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La licitación tiene un costo de G. 138.460 millones, lo que representa cerca de US$ 23 millones para el contribuyente. Según el portal de la Dirección Nacional Contrataciones Públicas (DNCP), la apertura de sobres se realizará esta mañana en la sede de la Justicia Electoral, ente presidido por Jaime Bestard (ANR, cartista).
El voto electrónico es una disposición de la ley 6318/2019 “de Desbloqueo de Lista Sabana”.
El concurso internacional fue lanzado el 19 de septiembre último bajo la consigna de que será un alquiler, no una adquisición estatal. Para febrero próximo el proceso deberá haber concluido a fin de iniciar la capacitación de los ciudadanos electores.
Las máquinas serán usadas en las internas partidarias simultáneas del 12 de julio del 2020 y en las municipales del 8 de noviembre del mismo año. El objetivo es contar con 15.000 aparatos que faciliten el desbloqueo de la lista de concejales de los 255 distritos de todo el país.
La licitación exige que garanticen el voto secreto y que impriman las papeletas de votación para que el elector las deposite en una urna (bolsa) tradicional de plástico.
Al final de la jornada cada código de cada papeleta deberá ser “escaneado” por la misma máquina de votación y posteriormente deberá imprimir el acta de mesa con los resultados que deberán coincidir con el conteo manual.
Luis Alberto Mauro, principal asesor y vocero del TSJE, indicó que recién hoy se sabrá cuáles son las empresas internacionales oferentes.
No obstante, indicó que en las últimas semanas recibieron la propuesta de cinco empresas, que son: Smartmatic de Venezuela, Grupo Magic Software Argentina (MSA), Miru Systems de procedencia coreana, INDRA de origen español y Dominion Voting, canadiense.
Conquista ciudadana
La vuelta al voto electrónico –sistema ya utilizado en nuestro país desde el 2001– forma parte del desbloqueo de las listas sábana de candidatos, un logro conseguido con la promulgación en mayo último de la Ley 6318, que modifica el Código Electoral, luego de muchos reclamos y protestas ciudadanos. El voto electrónico, implementado en el 2001 con tecnología diferente a la actual, fue considerado un avance, pero al cabo de algunos años fue abandonado por dudas y denuncias de presunto fraude realizadas por varios sectores políticos.