Cargando...
Aunque no dio el nombre, Fernández relató que el año pasado un empleado recibió un primer pago de G. 800 millones y poco después otro de G. 600 millones en concepto de pago de multas por sumarios o denuncias que había presentado. Así, en solo un año, recibió el total citado. El titular de Aduanas manifestó que hubo casos en años anteriores en los que fueron entregadas incluso sumas mayores.
Casta de privilegiados
Los funcionarios de Aduanas, al igual que los de Tributación, forman parte de una casta especial de privilegiados dentro de la función pública. En ambas instituciones, los funcionarios que ya reciben sueldos por cumplir con sus trabajos, reciben como “incentivo” la mitad de las multas que cobran cuando se descubren irregularidades.
Fernández reconoció que esta situación genera que muchos funcionarios se centren solo en formas de encontrar posibles irregularidades y no en el cumplimiento de sus deberes.
Fuentes señalaron a nuestro diario que es práctica común que los encargados del canal rojo –el control más estricto– dejen pasar las cargas a pesar de incongruencias en la documentación y que luego esas mismas mercaderías que ingresaron ya con el visto bueno del control más severo caigan en infracciones.
El esquema tendría como intención “beneficiar” a los funcionarios encargados del control.