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La explosión ocurrió a las 11:00, a unos 2.350 metros del casco central de la estancia “Santa Silvia”, propiedad de la firma “San Luis Agrícola Ganadera SA”, de la familia Camperchioli, según la subcomisaría 10ª de Capitán Giménez.
El vehículo afectado es una camioneta Toyota Hilux blanca con chapa FAO 139, guiada por el administrador de la estancia, Osvaldo Darío Almada Acosta (46). Lo acompañaban Fernando Coronel Fernández (29), Daniel Oviedo Ramírez (33) y Ursino Federico Barreto Giménez (29). Todos ellos salieron casi ilesos del estallido, que destrozó la carrocería del rodado pero que dejó intacto el habitáculo.
“En el medio del camino interno de la estancia se colocó un artefacto explosivo y al pasar la camioneta en que iban el administrador de la estancia y tres personales acciona la bomba”, explicó el fiscal de Unidad Antisecuestro Carlomagno II Alvarenga, quien se apersonó hasta el lugar del suceso, junto con agentes policiales de la subcomisaría jurisdiccional, Criminalística y el Departamento Antisecuestro de Personas, así como efectivos de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC).
“Toda la explosión se concentró en la parte de abajo de la carrocería, en el lugar donde estaba justamente la rueda de auxilio. Eso hizo que la fuerza del estallido se concentra allí. Destrozó la rueda, que fue lanzada a unos 150 metros de distancia del lugar y destruyó toda la carrocería, pero apenas afectó la cabina. Por eso, los ocupantes del habitáculo solo sufrieron golpes, sin heridas cortantes”, añadió.
Datos investigativos revelaron que minutos antes del estallido viajaban en la carrocería dos peones que bajaron del rodado en el camino.
Artefacto casero
El fiscal Alvarenga explicó que el artefacto cuyo estallido dañó la camioneta es una bomba de fabricación casera, según el análisis de campo hecho por el explosivista. Se calcula que su peso era entre unos 9 y 10 kilos y fue hecha a base de power gel, al que le colocaron láminas y barras de hierro para que el estallido cauce mayor impacto.
“La detonación fue de carácter automático y no manual. Colocaron en el lugar y cualquier vehículo que pisara el artefacto iba a activarlo”, resaltó Alvarenga.
El fiscal señaló que no pueden especular hasta el momento sobre quiénes instalaron la bomba porque no hallaron ningún panfleto o comunicado de algún grupo que se haga responsable.
No creen que se trate del EPP
El fiscal Carlomagno II Alvarenga afirmó ayer a ABC Color que descartó que el atentado en la estancia “Santa Silvia” de Horqueta, producto de la colocación de una bomba casera en un camino interno del recinto, haya sido una acción terrorista. No obstante, señaló que no reúne aún todos los elementos para determinar que sea de gran escala.
En lo que se refiere a los posibles autores del ataque, una fuente ligada a la investigación dijo que no cree que pueda tratarse del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), porque ellos hacen ataques con objetivos específicos. Apuntó sus sospechas hacia los integrantes de la Agrupación Campesina Armada (ACA) o el Ejército del Mariscal López (EML).