Cargando...
La Cámara de Diputados, presidida por Pedro Alliana (ANR, cartista), aprobó ayer el acta de la sesión anterior del miércoles 9, día en que fueron blanqueados: los acusados Carlos Portillo (PLRA, efrainista) y Ulises Quintana (ANR, Añetete) y el imputado Tomás Rivas (ANR, cartista). De esta manera, el pacto de impunidad entre colorados y algunos liberales se impuso (ver el cuadro adjunto). Ningún legislador se animó ayer a solicitar la anulación del acta.
Alliana declaró ayer que la justicia tiene toda la libertad de investigar y eventualmente condenar a los parlamentarios procesados. Agregó que en caso de existir una sentencia, el pleno podría evaluar su decisión. Sin embargo, el artículo 201 de la Constitución Nacional señala que los senadores y diputados perderán su investidura por dos casos: “1. La violación del régimen de las inhabilidades e incompatibilidades previstas en esta Constitución...”. Y el Art. 197 de las inhabilidades expresa que no pueden ser candidatos a senadores ni a diputados: “1. Los condenados por sentencia firme a penas privativas de libertad mientras dure na la condena”.
Rechaza el mote
Alliana rechazó el mote de “cámara de la vergüenza” y dijo que el término no viene de la ciudadanía, sino de los medios de comunicación. Negó la existencia de la indignación ciudadana, dijo que la prensa no impondrá su agenda como lo hace en el Senado, donde fueron expulsados tres legisladores: los cartistas Óscar González Daher y Víctor Bogado y el liberal llanista Dionisio Amarilla. Agregó que si un sector ciudadano quiere calificarles de esa manera, los diputados “están dispuestos a asumir ese desafío”.