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En las redes sociales escribían por ejemplo: “Excelente... Por más empresas que les pongan en su lugar a estos impresentables!”. Otro decía: “También a los cómplices les tienen que cerrar las puertas, los restaurantes, supermercados”. “También deberían prohibir el acceso a quienes los blanquearon”, decía otro ciudadano al enterarse de que la mayoría de los diputados colorados y algunos liberales decidieron blanquear a sus colegas: los acusados Portillo y Quintana, y el imputado Rivas.
Los shoppings Mariscal y Mariano declararon “personas no gratas” a los tres legisladores. Se sumaron la empresa Sastrería Robert, que dijo que “en Robert no tienen cabida los roedores”, y el restaurante La Tarantella, que posteó una reflexión: “Estamos cansados; a nosotros nadie nos regala nada, trabajamos todos los días para crear fuentes de trabajo y ayudar a muchas familias. Estamos cansados de trabajar para pagar impuestos, cumplir con todas nuestras obligaciones para que al final unos impresentables despilfarren nuestro dinero y se cubran entre ellos. Estamos cansados de la impunidad y de la falta de respeto. Rivas, Portillo y Quintana estamos cansados de ustedes, y no los queremos ver por nuestro local”. Estas iniciativas recibieron el aplauso de los internautas, quienes también se sumaron al repudio, rechazando el corporativismo de los diputados.
El 1 de agosto de 2018, la misma alianza entre colorados y liberales archivaba el pedido de pérdida de investidura del entonces diputado José María Ibáñez (Añetete), quien fue blanqueado por la justicia del proceso por los “caseros de oro”. Sin embargo, el alevoso corporativismo de los diputados enfureció a la ciudadanía que inició una ola de abucheos que forzó a Ibáñez a que presente su renuncia.
El primer caso
En el 2013, varios comercios por primera vez decidieron prohibir el ingreso al entonces senador Víctor Bogado (ANR, cartista) y a sus 22 colegas cómplices. La masiva protesta ciudadana logró que los senadores revirtieran su decisión y retiren los fueros a Bogado, quien estaba imputado por el caso “niñera de oro”. Años después, Bogado fue condenado a un año de cárcel y fue expulsado por sus colegas.