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Calé recordó primero su condición de opositor “al gobierno del Gral. Alfredo Stroessner” (sic). Agregó que su “militancia antiestronista” no le nublaba la vista ni le impedía “hacer un análisis político para concluir que dentro de tantas violaciones de los Derechos Humanos, de atropellos a los Derechos Humanos en general, esa administración de Gobierno dejó legados importantes”. Mencionó concretamente las represas de Itaipú, Yacyretá y Acaray. Instó a imaginar cuál sería la situación del país sin la existencia de esas obras.
Instó a “no caer en la necedad de que, por ser adversarios de un político, de un presidente, en este caso el Gral. Stroessner, negar las cosas positivas que dejó”. Dijo que a las tres represas les agregaría el Hospital Central del IPS y el Hospital Nacional como “obras emblemáticas”.
Calé calificó de “disparate” el hecho que Víctor Ríos haya dicho que con los US$ 4.000 millones de deuda de Yacyretá se podrían construir hospitales y escuelas. Afirmó que los US$ 4.000 millones “son” una entelequia.
Afirmó además que, “por sentido común”, era más fácil “mejorar” el tratado a partir de una deuda de US$ 4.000 millones que figura ahora, en vez de la de US$ 18.000 millones.
Sostuvo además que ratificar este acuerdo con la Argentina no significaba renunciar a la posibilidad de mejorarlo.
Felicitación a Cartes
Dijo también que llevó años llegar a este acuerdo, que se concretó durante la administración de Horacio Cartes “a quien felicito por haber llegado a este acuerdo, lo hice en su momento y me ratifico ahora”. Según Galaverna, se trató de “una operación diplomática exitosa”.
Las expresiones de Calé motivaron críticas, entre ellas Víctor Ríos lo comparó con un elogio a Adolph Hitler por haber propiciado la construcción de un automóvil de costo popular.