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Garaje con portón cubierto, altas murallas y una entrada lateral escondida. Son apenas algunas de las características de la coqueta casa a la que acude todas las tardes el vicepresidente de la República, Hugo Velázquez.
La residencia se encuentra en el 3659 de Abente Haedo esquina Justo Prieto, a escasas seis cuadras de Mburuvicha Róga y a 100 metros de la residencia del embajador de Chile. De acuerdo a datos a los que tuvo acceso ABC Color, pertenece a Alberto Raúl Palumbo Zaldívar, propietario de al menos media decena de empresas que en la última década recibieron contratos por más G. 300.000 millones con el Estado y con cuestionados antecedentes.
Desde hace un año
ABC Color constató durante varios días que en horas de la tarde, efectivos de la Policía Nacional y del Regimiento Escolta Presidencial rodean la residencia ubicada en el barrio Bernardino Caballero de Asunción.
La tranquilidad de la zona residencial es irrumpida cada tarde, aproximadamente a las 17:00, cuando las motocicletas de la Motorizada abren paso a la comitiva conformada por varias camionetas sin chapa.
Vecinos relataron a nuestro diario que la situación se inició ya hace aproximadamente un año, cuando Velázquez asumió como vicepresidente de la República.
Es habitual ver en el lugar camionetas de políticos que llegan para reunirse con Velázquez. En el lugar, el segundo del Ejecutivo tendría una oficina donde atiende a quienes no puede recibir durante su horario en la sede de la vicepresidencia de la República.
Un equipo de ABC Color constató que el jueves a la tarde acudió al lugar el periodista Germán Martínez Vierci, propietario de una consultora que ofrece servicios de comunicación estratégica, de gobierno y de crisis.
Sitio de escape
Hasta hace algunas semanas, Velázquez pasaba allí apenas algunas horas entre la tarde y la noche. Una vez terminadas sus reuniones, habitualmente se retiraba a su residencia.
Sin embargo, desde que iniciaron los escraches frente a su domicilio en el barrio Los Laureles, el vicepresidente de la República decidió pasar varias noches en la residencia del empresario Palumbo.
Los efectivos de la Escolta Presidencial no permiten que vehículos particulares estacionen en las inmediaciones sin revisarlos.
Todo esto para evitar encontrarse con los manifestantes que piden su juicio político luego de que su asesor, el abogado “Joselo” Rodríguez, se viera salpicado en el caso del acta entreguista firmada con Brasil en mayo pasado sobre la venta de energía de Itaipú.