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El robo de las joyas se perpetró en la vivienda de Anatolia Rojas viuda de Ferreira (70), ubicada en el 4º Barrio de la ciudad. La dueña de casa las tenía guardadas en una caja de cartón, que estaba escondida dentro de un taburete con dos compartimientos forrados en tapizado que estaba en la sala, según datos policiales
El inventario consistía en tres rosarios enchapados en oro, una cadena de lentejuelas grande con medallón, otra similar, pero sin medalla, dos hebillas enchapadas en oro y piedras preciosas, cuatro prendedores, tres cadenillas finas con medallas de oro, otras cadenillas con medallas, tres aros tipo lágrimas, dos aros con perlitas y brillantes, 17 anillitos para el Niño Jesús, una cadenilla con corazón de piedrita, una pulserita con corazón y catorce anillos.
También fueron denunciados como robados una cadenilla chica de oro con medalla, otra cadena grande con medallón, una pulsera tipo cadena y cuatro anillos -dos de ellos con piedras-, que estaban guardados en un monederito de oro, dentro de una cómoda de la habitación y eran propiedad de la víctima.
El jefe de la comisaría 9ª de Pirayú Of. inspector Benicio Ramírez afirmó que la viuda denunció el robo de los objetos mencionados la tarde del 4 junio de este año y que a partir de allí los agentes iniciaron una búsqueda infructuosa a partir de la casa. También se recurrió a la participación de efectivos de Robos y Hurtos y de Criminalística de Investigación de Delitos para iniciar la búsqueda de las joyas robadas.
Los intervinientes efectuaron una serie de allanamientos sin resultados, que abarcaron una mercería de la cual es propietaria la víctima y la casa de Clemencia Castro de Rivas (48), empleada doméstica de la viuda.
La víctima señaló a los intervinientes que ocho días antes de que se percatara de la desaparición de las joyas, ella había hecho un chequeo personal del inventario y no faltó nada.
También indicó que la empleada sí tenía conocimiento de que el cuidado de las joyas de la Virgen estaba a su cargo, pero que no sabía dónde las tenía guardadas.
El caso se encuentra a cargo del fiscal de Paraguarí Darío Villagra.
CUSTODIO DEL INVENTARIO
Fuentes indicaron que hace unos 20 años la parroquia de Virgen del Rosario le confirió a la señora Anatolia Rojas de Ferreira el custodio del inventario robado, pero últimamente le sugirieron que se lo transfiriera a otra persona, debido a que ya no estaba en condiciones para cuidarlo, por su avanzada edad.
Incluso lo propuso al obispo Celso Yegros, pero tanto él como el cura párroco del templo Alejo Robadín insistieron en que permaneciera guardado en su casa.
El inventario consistía en tres rosarios enchapados en oro, una cadena de lentejuelas grande con medallón, otra similar, pero sin medalla, dos hebillas enchapadas en oro y piedras preciosas, cuatro prendedores, tres cadenillas finas con medallas de oro, otras cadenillas con medallas, tres aros tipo lágrimas, dos aros con perlitas y brillantes, 17 anillitos para el Niño Jesús, una cadenilla con corazón de piedrita, una pulserita con corazón y catorce anillos.
También fueron denunciados como robados una cadenilla chica de oro con medalla, otra cadena grande con medallón, una pulsera tipo cadena y cuatro anillos -dos de ellos con piedras-, que estaban guardados en un monederito de oro, dentro de una cómoda de la habitación y eran propiedad de la víctima.
El jefe de la comisaría 9ª de Pirayú Of. inspector Benicio Ramírez afirmó que la viuda denunció el robo de los objetos mencionados la tarde del 4 junio de este año y que a partir de allí los agentes iniciaron una búsqueda infructuosa a partir de la casa. También se recurrió a la participación de efectivos de Robos y Hurtos y de Criminalística de Investigación de Delitos para iniciar la búsqueda de las joyas robadas.
Los intervinientes efectuaron una serie de allanamientos sin resultados, que abarcaron una mercería de la cual es propietaria la víctima y la casa de Clemencia Castro de Rivas (48), empleada doméstica de la viuda.
La víctima señaló a los intervinientes que ocho días antes de que se percatara de la desaparición de las joyas, ella había hecho un chequeo personal del inventario y no faltó nada.
También indicó que la empleada sí tenía conocimiento de que el cuidado de las joyas de la Virgen estaba a su cargo, pero que no sabía dónde las tenía guardadas.
El caso se encuentra a cargo del fiscal de Paraguarí Darío Villagra.
CUSTODIO DEL INVENTARIO
Fuentes indicaron que hace unos 20 años la parroquia de Virgen del Rosario le confirió a la señora Anatolia Rojas de Ferreira el custodio del inventario robado, pero últimamente le sugirieron que se lo transfiriera a otra persona, debido a que ya no estaba en condiciones para cuidarlo, por su avanzada edad.
Incluso lo propuso al obispo Celso Yegros, pero tanto él como el cura párroco del templo Alejo Robadín insistieron en que permaneciera guardado en su casa.