El secretario general de la Corte, Esteban Kriskovich, había negado a una periodista de ABC la ficha de Claudia Larissa. La intención era comprobar si realmente asiste todos los días al Poder Judicial, ya que cuando debió estar en tribunales, atendió en su clínica privada de Lambaré a una cronista de nuestro diario que se hizo pasar por paciente que necesitaba asistencia.

Kriskovich informó que le revisión de la ficha tiene que ser ordenada por los miembros del Consejo de Superintendencia que está integrado por los ministros Víctor Núñez, Sindulfo Blanco y Raúl Torres Kirmser. Después de la reunión del martes pasado prometieron darnos alguna respuesta. Sin embargo, hasta el momento esperamos la decisión de los ministros.

Una investigación realizada por nuestro diario reveló que Claudia Larissa solo asiste dos o tres veces por semana en su lugar de trabajo. Hay días que atiende en su consultorio privado que funciona en su casa de Lambaré, en donde tiene colgado el título de odontóloga, expedido por la Universidad de la Plata, Argentina. Sin embargo, el documento sería totalmente falso.

La clínica Madelaire está ubicada sobre la calle Wissner 1157 c/ Cerro Corá de Lambaré. En dicho consultorio la hijastra del presidente de la Corte Víctor Nuñez atendió a una periodista del diario ABC el viernes 17 de setiembre a las 10:00 de la mañana. La misma debería estar trabajando en el Poder Judicial. En la pared, frente a la camilla odontológica estaba colgado un título del año 1994 a nombre de Claudia Larissa Madelaire Albertini expedido por la Universidad de la Plata, como pudo comprobar una periodista.

En un breve diálogo con la "doctora" y la periodista que se hizo pasar por paciente, la primera comentó que obtuvo su título de odontóloga con mucho sacrificio porque era muy difícil estar lejos de la familia, "Y más difícil allí, porque los argentinos no son capaces de servirte gratis ni siquiera un vaso de agua", decía Claudia mientras le atendía a la periodista.

Claudia Larissa fue objeto de un sumario administrativo el 22 de agosto de 2002. El Ministerio de Salud la "investigó" por el supuesto ejercicio ilegal de la profesión de odontóloga. En el sumario declaró que inició la carrera de odontología en la Universidad de la Plata, pero que nunca terminó. Admitió que solo hizo hasta el 3er. año.
Reconoció que realizó un curso de auxiliar de odontología en el instituto Mainero en Asunción. Sin embargo, los archivos de la Fundación Mainero revelan que Claudia hizo el curso de dos años de mecánica dental.

Se olvidó de mencionar que solo hizo curso de un año en la Sanidad Militar.

Lo más curioso del "sumario" es que la misma dirección de Control de Profesiones del Ministerio de Salud en una nota dirigida a la Asesoría Jurídica explica que Madelaire Albertini no tiene ninguna habilitación para trabajar como auxiliar de odontología, mecánica dental, ni mucho menos como odontóloga. Posteriormente aparece un carné con el número 525 con la firma del actual director Claudio Herreros, que no figura en el libro de inscripción al menos al que corresponde a auxiliar de odontología.
Pero, como tenía que haber una explicación para el sobreseimiento, el abogado sumariante Juan de la Cruz Ruiz Díaz se basó netamente en la declaración de la acusada en donde niega que las firmas fueran suyas tanto de la receta como del contrato.

En el sumario administrativo abierto por el Ministerio de Salud el 22 de agosto de 2002 no hubo ninguna investigación. El abogado sumariante no realizó la pericia caligráfica, única manera de saber la autenticidad de las firmas atribuidas supuestamente a Claudia Larrisa. El abogado para solicitar el sobreseimiento definitivo se basó en la versión de la afectada.
Claudia Larissa Madelaire Albertini en la última parte de su declaración en el 2002 ante los sumariantes dijo: "Que nunca ejerció, ni piensa ejercer como odontóloga porque tiene conocimiento de que el ejercicio ilegal de las ciencias de la salud está tipificado en el Código Penal". Sin embargo, dos años después del sumario continúa atendiendo en su consultorio de Lambaré y el título de la Universidad de la Plata colgado de la pared, según pudo comprobar una periodista de nuestro diario que se hizo pasar por paciente.