Placas dentarias y platino confirman que restos óseos son de Gilda Vargas

La fiscala Liliana Alcaraz confirmó ayer de mañana que los restos óseos encontrados en San Antonio corresponden a la empresaria gastronómica Gilda María Estela Vargas, secuestrada el 28 de agosto de 2003.

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El dato fue confirmado por la agente del Ministerio Público después de que el forense Pablo Lemir y el antropólogo Jorge Eduardo Cañete Silguero realizaran las comparaciones de las placas dentarias y algunos expedientes médicos que presentaron los familiares de la desaparecida.

Los restos óseos fueron encontrados el lunes último en una fosa cavada en un predio del barrio Cándida Achucarro de San Antonio.

"Aparte de la placa dentaria que fue fundamental, también pudimos confirmar  que la víctima se había fracturado una costilla y una de las clavículas. También encontramos una prótesis de platino conocida como "clavo" en uno de los dedos del pie, que coinciden plenamente con los datos que nos proporcionaron las hijas de la empresaria", señaló Pablo Lemir.

El forense también confirmó que no encontraron rastros de violencia en los restos óseos analizados, por lo que se desconoce aún la causa de  muerte de la empresaria.

El profesional agregó que "fueron enviados a los laboratorios partes de la colchoneta, la sábana, prendas de vestir y tierra extraída de la fosa donde fue depositado el cuerpo", manifestó Lemir en alusión a las diligencias pendientes para determinar si la mujer falleció de una sobredosis o por envenenamiento.

Por su parte, la fiscala Liliana Alcaraz confirmó que el teléfono celular de la marca  Samsung  hallado junto a los restos pertenecía a la víctima. Es el mismo teléfono activado a la línea de Personal con la cual Gilda María Estela Vargas llegó a comunicarse con sus hijas después de ser secuestrada. Precisamente a través de esa llamada la misma Gilda Vargas reveló a una de sus hijas  que reconoció a sus empleados como sus captores.

Podrían reabrir el proceso

El abogado Osvaldo Granada, representante de la familia de Gilda Estela Vargas, afirmó ayer que el hallazgo de los restos mortales de la empresaria podría variar la situación del único condenado con relación al caso, Pablo Duarte Vera. El profesional indicó que existe la posibilidad de reabrir el proceso por homicidio, porque Duarte Vera fue procesado y condenado únicamente por secuestro.   
  
Se puede reabrir el proceso porque son hechos distintos. El homicidio es nuevo porque en aquel entonces no se sabía que ella tuvo este final y él fue acusado, juzgado y condenado solo por el hecho de secuestro, aseguró Granada.   
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