La odisea que vivieron el piloto Rubén Sotelo y los ciudadanos alemanes Johen Pistorius y Humbertus Burkhart es increíble: lograron sobrevivir tres días en un monte terriblemente espeso, luego de sufrir un aterrizaje de emergencia, escasos 20 minutos antes de llegar a destino, que era la colonia San Alfredo, Chaco, en las inmediaciones de la frontera con Bolivia.

El accidente ocurrió el miércoles poco después de las 14:30. La aeronave iniciaba el proceso de descenso, cuando ocurrió el incidente. La señal de alerta vino de los propietarios del establecimiento ganadero La Floresta, quienes aguardaban la llegada de los alemanes.

Al día siguiente jueves, a las 8:00, la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac) inició la búsqueda de la aeronave, que al mediodía fue declarada desaparecida. La Fuerza Aérea Paraguaya y el Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay fueron puestos en estado de alerta, pero la búsqueda no se pudo iniciar esa misma tarde por la torrencial lluvia que azotaba casi todo el Chaco paraguayo.

La inclemencia que impidió la salida de los socorristas se convirtió en una bendición para los accidentados. La temperatura disminuyó, pudieron contar con agua e iniciar una travesía de 30 kilómetros para salir del sitio de accidente. El piloto Sotelo, con el apoyo de las cartas de navegación disponibles en su nave, pudo encabezar una agotadora y terrible caminata en procura de llegar al fortín militar Lagerenza.

Mientras tanto, pilotos civiles solidarios se organizaron para sumarse a la búsqueda de la aeronave desaparecida. Los primeros colegas en llegar fueron Rogelio Cattebeke y Ricardo Méndez, quienes desde tempranas horas del viernes sobrevolaron la zona que debió recorrer Sotelo. Con Méndez volaba también el hijo del piloto, Fabrizio Sotelo.

La avioneta Tango November Víctor (matrícula ZP-TNV), con el piloto Cattebeke, se sumó a las aeronaves de la Fuerza Aérea y de Ricardo Méndez. El colono menonita Ricardo Ens también cedió su avión, mientras que ayer domingo llegaron a la zona Carlos Insaurralde, Epifanio Sánchez y Elisenio Amarilla, a bordo de un Tango Sierra Sierra (matrícula ZP-TSS); Ramón Garay y Carlos Benoto, con el avión Tango Eco Unifor (matrícula ZP-TEU).

Cinco avionetas buscaban afanosamente la nave siniestrada y dieron un sinfín de vueltas por el sector del accidente, pero no podían divisarla por la espesura del monte, que prácticamente se "tragó" el monomotor. Ayer, cerca de las 12:00, el bombero voluntario Johannes van Derlouw, que tripulaba la avioneta de Ricardo Méndez, divisó el avión siniestrado. Inmediatamente se dio aviso por radio a todos los pilotos que volaban en la zona y se alertó a la Unidad de Búsqueda y Rescate de Bomberos Voluntarios para intervenir con un helicóptero de la Fuerza Aérea estacionado en Mcal. Estigarribia.

El único medio para descender hasta el avión de Sotelo era empleando cuerdas desde el helicóptero. En el lugar del accidente se observó una remera verde, con un palo apoyado en el ala, así como la puerta abierta, posiblemente dejados como señal de que estaban vivos.

Interin tenía lugar la búsqueda, Sotelo y sus pasajeros libraban una lucha aparte en la inmensidad del Chaco. Pudieron llegar hasta la ruta que conduce a Lagerenza, pero la lluvia impidió todo tráfico. El viernes apenas lograron avanzar un kilómetro por el agotamiento y el hambre. Sotelo estaba golpeado y era ayudado por los alemanes. La llegada providencial a una pequeña estancia (que no tenía radio ni vehículo) permitió que en la mañana de ayer Pistorius y Burkhart ingresaran al Fortín Lagerenza. Sotelo fue buscado luego y transportado a Loma Plata para una verificación médica. Por radio se comunicó el fin de la odisea de los desaparecidos y se dio por finalizado el operativo de búsqueda, con la alegría de que las tres personas estaban sanas y salvas. Sotelo volvió a Asunción y los alemanes por fin pudieron llegar al establecimiento ganadero La Floresta.