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En el mismo caso, el ex jefe de Investigaciones Pastor Milciades Coronel fue condenado a 25 años de prisión, mientras los coprocesados Alberto Cantero Cañete, Camilo Almada Morel, Nicolás Lucilo Benítez (Kururu Pire), Agustín Belotto Bouga y Juan Aniceto Martínez recibieron penas inferiores.
El entonces ministro de Interior Sabino Augusto Montanaro -asilado en Honduras tras el golpe del 2 y 3 de febrero de 1989 que derrocó a Alfredo Stroessner- y el Crio. Eusebio Torres, son otras personas incluidas en este proceso para los cuales la causa queda abierta, porque se encuentran prófugos de la justicia.
"Sapriza", quien se encuentra recluido en la Agrupación Especializada desde el 3 de agosto de 1989, cumple paralelamente una condena de 25 años de cárcel por torturas y muerte del disidente político Mario Schaerer Prono, igualmente ocurrido en la década del setenta. Asimismo, Almada cuenta con otras condenas inferiores en otros procesos por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura stronista.
OTRO CASO
Actualmente, se encuentra en estudio en el Tribunal de Apelación un recurso planteado por la defensa del Crio. Lucilo Benítez, el tristemente conocido como Kururu Pire por sus víctimas, contra la resolución por la cual la jueza Ana María Llanes rechazó un pedido de libertad condicional. Benítez cuenta con ocho condenas por desaparición de personas y torturas durante la dictadura stronista, tres de ellas de 25 años de cárcel.
La petición de Benítez fue recibida con indignación por víctimas de la dictadura. Con fotos de disidentes desaparecidos durante el gobierno del dictador Alfredo Stroessner (ANR), numerosas víctimas acudieron al Palacio de Justicia para expresar su repudio al torturador y solicitar el rechazo de la concesión del beneficio peticionado por la defensa.
ANTECEDENTES
Rodolfo y Benjamín Ramírez Villalba fueron detenidos en forma ilegal el 23 de enero de 1974 por la Policía stronista, bajo las acusaciones de conspirar contra el gobierno de Stroessner.
Posteriormente, los hermanos fueron derivados al tenebroso Departamento de Investigaciones, en donde fueron sometidos a todo tipo de apremios físicos hasta la muerte.
Testimonios de otros perseguidos políticos que fueron privados de su libertad en la misma dependencia policial en la época, sumado a registros obrantes en el Archivo del Terror, permitieron determinar la responsabilidad de los procesados en los delitos investigados