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El dato fue señalado ayer por los agentes que indagan el caso y que sostienen que, desde un principio, Faisal Seif Eddine evidenció una actitud definitivamente llamativa durante el desarrollo del secuestro.
En todo momento, fue incisivo a la hora de impedir que agentes de Investigación de Delitos y del Ministerio Público montaran un sistema paralelo de vigilancia ante la posibilidad de llevar a cabo un operativo que permitiera la detención de los secuestradores tras la liberación de Katia María.
De hecho, nosotros hicimos un esquema para establecer un control paralelo. El (por Faisal) podía hacer su negociación y nosotros al mismo tiempo pudimos haber realizado un seguimiento para que una vez concluido el problema, es decir la liberación de la chica, procediéramos a la detención de los sospechosos, explicó uno de los jefes policiales que siguen de cerca la investigación junto con el fiscal Alejandro Nissen.
La inexistencia de elementos que confirmaran que el dinero fue entregado a los secuestradores constituye otro de los fuertes interrogantes que argumentan las sospechas en torno a Faisal Seif Eddine. Hasta unos 10 minutos antes del supuesto pago se estuvo vigilando todo. Después se perdió el hilo y fue precisamente porque esta persona (por Faisal) exigió al fiscal Nissen que los policías se alejaran por completo de la zona, explicó la fuente.
Lo más contundente es que en el lapso en que Faisal llevó a cabo el pago junto con otro familiar no se encontró ningún indicio ni mucho menos elementos que nos permitan confirmar que efectivamente se entregaron los 320 millones de guaraníes a los captores, indicó el informante.
Katia María, hija del empresario tabacalero Pedro Luis Riquelme Ramírez, fue secuestrada en la tarde del miércoles pasado poco antes de que llegara a su residencia, ubicada en Capitán del Puerto 1346 casi Juan L. Mallorquín, barrio Sajonia. Tras 12 horas de cautiverio, la adolescente fue liberada.