El supuesto hecho delictivo ocurrió el 15 de marzo de 2004, alrededor de las 17:00, en el interior de la Librería Mundy, propiedad del empresario Mariano Fernández. La denunciante es la empresaria María Esther Fernández, hija del dueño de la casa comercial afectada.

Los magistrados que intervinieron en la causa resolvieron absolver a los acusados Julia Ayala, ex empleada de la Librería Mundy, y al quinielero César Rubén González. Los jueces expresaron que los testigos cayeron en muchas contradicciones e incoherencias, por lo que concluyeron que jamás existió el hecho punible de hurto, al tiempo de sostener que el hecho debatido durante el juicio es bagatelario (de menor cuantía).

Argumentaron además que la denunciante solo buscó amedrentar a la ex empleada suya Julia Ayala, quien reclamó una millonaria indemnización por despido injustificado a los dueños de la citada librería en un juicio laboral.
Sin embargo, la agente fiscal entendió que la sentencia absolutoria que dictó el tribunal de sentencia -integrado por los magistrados Justiniano Velaztiquí, Mercedes Balbuena y Víctor Caroni- contiene fundamentos contradictorios, ya que los sentenciantes argumentaron que el hurto no existió y al mismo tiempo dijeron que el hecho es bagatelario. Pidió la nulidad de la sentencia y que haya un nuevo juicio oral.

El juicio oral se llevó a cabo el pasado 25 de octubre del corriente año.

Sin embargo, el abogado Arturo Bogado, defensor de María Ayala, dijo que el fallo del tribunal de mérito se ajusta a derecho y que no existen argumentos contradictorios en la resolución. Indicó que el fallo apelado por la Fiscalía debe ser confirmado.