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Nuestro diario tuvo acceso a una fotocopia del prontuario policial de Bulkholder en el que aparece su firma auténtica, que a simple vista es totalmente diferente a la que aparece en la escritura del escribana Villamayor de Florentín. Sin embargo, para despejar cualquier dudas recurrimos a la Consultora Pericial Multidisciplinaria del perito judicial ingeniero Moisés Saragusti, quien comparó las firmas de la escritura y del prontuario.
La pericia caligráfica de Saragusti concluyó que se observa una total disimilitud entre la firma de la escritura y la del prontuario policial.
Los antecedentes revelan que Antoliana Romero Cubilla se presentó el 2 de febrero pasado ante la fiscala Bogado y solicitó la devolución del Mercedes Benz. El escrito se presentó bajo patrocino del abogado Rodrigo Huespe.
Para acreditar la supuesta propiedad del rodado, Romero Cubilla presentó la escritura de transferencia que se tramitó ante la escribana Villamayor de Florentín y en la que consta que compró el lujoso vehículo de Frank Bulkholder en 10 millones de guaraníes. El automóvil, cuando se incautó de la casa del megaasaltante el 16 de febrero de 2001, estaba en buenísimas condiciones y su precio orillaría los 35 mil dólares, según los entendidos.
La escritura que se usó para simular la devolución del vehículo sería totalmente fraguada, atendiendo que padece de una serie de irregularidades, aparte de la firma falsificada del vendedor Bulkholder.
La escribana Villamayor ni siquiera tuvo a la vista los certificados de dominio y de interdicción, expedidos por el Registro Público, para realizar la transferencia. Tampoco el resultado de la verificación física del rodado. Estas anomalías harían completamente nula la escritura de transferencia.
El automóvil ni siquiera se registró en el Registro del Automotor a nombre de Antoliana Romero Cubilla. En consecuencia el vehículo no es de su propiedad, pero, llamativamente, la fiscala Bogado le entregó el automóvil.