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Arce Soler era gerente comercial de la empresa gasolinera Barcos y Rodados, y a la vez representante de la firma de lubricantes Uni, de la misma entidad. Por su parte, Cárdenas Armoa hasta el momento de su detención se desempeñaba como cobrador de Uni, que opera dentro de las oficinas de Barcos y Rodados, según explicó el fiscal Miguel Vera.
Ortiz Ortiz reveló que recibió una llamada telefónica de una persona desconocida, quien le dijo que Cárdenas Armoa, a quien tampoco conocía, quería proponerle un trabajo. Luego ambos se reunieron en una bodega situada sobre la avenida Mariscal López, cerca de Curva de la Muerte, donde empezaron a tratar el tema.
Fue el mismo Cárdenas Armoa quien se encargó de pagarme en las dos ocasiones, dijo Ortiz Ortiz al fiscal Vera.
El día del crimen, el lunes 28 de mayo pasado, Ortiz Ortiz subió con dos sujetos al automóvil Chevrolet Corsa gris frente al supermercado Salemma de San Lorenzo.
De ahí partieron hacia el microcentro y esperaron que Arce Soler saliera de su oficina, situada en Independencia Nacional y Azara.
El arma se trabó, por lo que Ortiz Ortiz se vio obligado a utilizar un revólver calibre 38, con el que terminó con la vida del gerente, según relató.