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Muchos intendentes argumentaron que las transferencias del Ministerio de Hacienda llegaron tarde, otros, que la cantidad de documentos a llenar parecían extensos pergaminos.
Pero no son más que excusas, debido a que no pueden justificar su haraganería o desidia. En sus comunidades no existen obras significativas que expliquen los cuantiosos desembolsos recibidos en los últimos tres años para invertir en educación y mejoramiento vial.
En la microplanificación hecha por la Coordinadora de Educación siempre priman los arreglos. Por lo general realizan obras en aquellas instituciones donde se encuentran los “correlí”, dejando de lado a las verdaderas escuelas que requieren urgente reparación o nuevas aulas.
Varios intendentes de las localidades ubicadas al Norte del XV departamento anhelan el “rekutu”. Pero la realidad de sus municipios es más que deprimente, por lo que queda claro que la gestión municipal es paupérrima.
La excusa de siempre es que los trabajos hechos terminan por desaparecer, sea por las inundaciones u otros fenómenos climáticos que afectan con frecuencia a la región.
Solo como ejemplo basta con dar una vueltita por la capital departamental, Villa Hayes. Calles y asentamientos en lamentable situación, aulas que se caen a pedazos.
Las necesidades abundan, y todos se preguntan cómo es que el jefe comunal, Ricardo Núñez (ANR), dio el gran salto para mejorar su economía.
Causa indignación ver pasar administración tras administración y que los chaqueños aún vivan en la extrema pobreza y sin oportunidades que les permitan salir del atraso.
Por esto, todos los intendentes deben explicar dónde fueron a parar todos los recursos recibidos.
rocio.portillo@abc.com.py