Cargando...
Una cantidad de indígenas de la parcialidad maskoy fueron “arreados” para participar de la actividad. Al llegar al lugar fueron recibidos por funcionarios del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), que se llegaron en lujosas camionetas desde la capital del país, Asunción, distante a 700 kilómetros de la localidad situada en el departamento de Alto Paraguay. Les entregaron remeras y carteles con mensajes de agradecimiento a las autoridades por la obra encarada.
Los indígenas exhibieron carteles a la llegada de Federico Franco. Como pago recibieron bebidas gaseosas a fin de sofocar el intenso calor propio de la naturaleza chaqueña.
Este tipo de acciones –que creíamos superados– hacen dudar de las actuaciones de los gobernantes de turno que solo buscan populismo.
Con el dinero despilfarrado para unas pocas horas de acto, se podría haber adquirido una ambulancia que tanta falta hace en las comunidades chaqueñas.
El acueducto, por cierto, es de vital importancia para los pobladores del Chaco y se aplaude el comienzo de los trabajos. Sin embargo, es criticable desde todo punto de vista el viejo vicio de denigrar la imagen de los indígenas, uno de los sectores más desprotegidos del Paraguay, como ocurrió en el acto llevado a cabo en Puerto Casado.
Las personas, en especial aquellas que actúan de “adulones”, deben entender que una de las funciones de un presidente de la República es precisamente hacer obras públicas. No por ello se le debe rendir pleitesía, ya que no lo hace gratis y tampoco utiliza dinero de su bolsillo para concretarlas.
calmiron@abc.com.py