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Al obispo le preocupa la pasividad de los pobladores del departamento ante la insensibilidad demostrada desde hace décadas por los gobernantes de turno que poco o nada hicieron para cambiar la triste realidad de marginamiento en que se encuentran las comunidades del Alto Chaco. El religioso pidió no limitarse a reclamar por la prensa o por las redes sociales, sino a realizar movilizaciones pacíficas.
Alto Paraguay queda incomunicado en forma cíclica en temporadas de lluvias y desbordes de riachos. Esa situación no cambió por los años de despilfarro y robos de dinero público, así como por la precariedad de las reparaciones de los caminos por las empresas adjudicadas con licitaciones millonarias.
El obispo pidió a los pobladores dejar de vivir de la historia y de la añoranza, desechar el pensamiento de que el chaqueño es una persona sufrida y que para vivir en la zona se debe pasar nomás luego por varios sacrificios. ¡Cuánta razón tiene el obispo!
Si las personas que habitan este heroico territorio continúan pensando de esa forma desatinada, se repetirán los robos del dinero público que deben ser destinados a la reparación de caminos. Eso significa que los habitantes están condenados al mismo sufrimiento, sin ninguna posibilidad de desarrollo, principalmente en los sectores vial, educación y salud.
Es hora de reaccionar y manifestarse para exigir a las autoridades que cumplan sus responsabilidades. Los chaqueños deben ser conscientes de que merecen una vida digna.
calmiron@abc.com.py