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Esta extraordinaria mujer, al mismo tiempo que estudiaba y trabajaba, conoció al que sería el compañero de toda su vida don Gerardo Vázquez, con quien se casó y tuvo a sus cinco maravillosos hijos: Judith Susana, Marlene Francisca, Gerardo, Irma Berenice y Rolando Adolfo. Ellos también heredaron la vocación por el estudio y hoy son brillantes profesionales.
Natividad Romero de Vázquez repartió su tiempo cuidando a los hijos y enseñando varias materias a nivel medio y universitario. En los colegios estuvo a su cargo la asignatura de Ciencias Sociales, mientras que en la universidad tomó las cátedras de Lógica, Filosofía de la Educación, Didáctica y Pedagogía. En sus clases, siempre practicaba algo novedoso, llegando a preguntar a sus alumnos qué opinión tenían de su profesora y qué aspectos les gustaría cambiar o innovar, como un ejercicio de “aprendizaje recíproco”. Sus alumnos la recuerdan con cariño y respeto. Incluso, algunos le otorgaron mención honorífica, por su dedicación y por no haber faltado ni una vez a clase.
Hoy, jubilada en Educación, disfruta con sus nueve nietos y dos bisnietos. Ypané la nombró ciudadana ilustre en marzo de 2015 por el libro de su autoría titulado: “Ypané-Guarambaré. Fundamentos históricos de dos pueblos hermanados”, un trabajo de investigación que fue declarado de interés cultural por el Ministerio de Educación y Cultura, así como su otra obra: “La Educación en el Paraguay, desarrollo 1811-1931. Esta es su tesis doctoral.
En la pared de su sala ya no caben distinciones. Está repleta de varias asociaciones. Del Club Soroptimista de Asunción, de la Cruzada Mundial de la Amistad, de la Asociación de Doctores en Ciencias de la Educación, de la Facultad de Filosofía, de los alumnos de Filosofía, de la Asociación de Directores de Colegios Nacionales del Paraguay y tantos más. Como maestra de corazón, el reconocimiento que más le conmueve es el que le otorgaron sus alumnos de filosofía de 1991. Esta mención la atesora con especial cariño.
En estos momentos quiere escribir la historia de Thompson, un lugar de sus afectos, donde tiene una casa de eventos llamada “Solar Natividad”, destinada a actividades políticas, sociales, religiosas y culturales. Con una lucidez increíble y una vitalidad envidiable, esta maestra de la vida quiere utilizar hasta el último día el don que el Creador le ha regalado: la vocación de dar a los demás los conocimientos adquiridos. Verdaderamente, la pedagogía ha sido su vida y la misión está cumplida.
blila.gayoso@hotmail.com