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Los ediles que acompañaron el uso discrecional de los fondos fueron Diego Romero (presidente de la Junta Municipal), Rubén González Chávez (hijo de Óscar González Daher), Christian Valdez, Eliseo Fernández y Juan Ángel Marecos, así como los liberales Silverio Mosqueira y Cristhian Bernal, que aprobaron si ningún cuestionamiento el pedido del jefe comunal.
Mientras que la indignación de la ciudadanía no se hizo esperar, porque al destinar tanto dinero para adornos se permite suponer un pasar económico. Sin embargo, esto no condice con la situación en que se encuentran algunas de las calles de la ciudad.
Los contribuyentes de Luque bien exigen que los G. 1.000 millones sean destinados a mejoras viales o a mejoramiento de la infraestructura pública y de servicios como los sistemas de desagüe pluvial y alcantarillado sanitario. Además de mayor atención para la educación y la cultura tal como establece la Ley 3966/2010 “Orgánica Municipal”.
El intendente Echeverría fue elegido para administrar los bienes municipales y recaudar para invertir los ingresos de la Municipalidad en pro del desarrollo. Cosa que al parecer no entiende o le cuesta comprender al presentar un pedido innecesario.
Es una lástima que los ediles que deberían ser contralores de la ciudadanía tampoco ejerzan su rol y solo se limiten a aprobar el despilfarro.
La crítica ciudadana hasta ahora se reflejó a través de las redes sociales y escraches en grupos de whatsapp contra algunos concejales como Mosqueira y Bernal.
Esperamos que el 22 de abril próximo, los luqueños recuerden que G. 1.000 millones de sus recursos serán gastados en flores y castigue a los gestores de tan abusiva determinación.
gladys.villalba@abc.com.py