Cargando...
Asunción está llena de problemas que demandan atención. Lo más notorio: el mal estado de sus calles y avenidas; los baches son la pesadilla diaria, pues aunque sean reparados, en pocas semanas vuelven a aparecer. La causa: los caños rotos del desagüe pluvial y cloacal. Mario, aunque no seas el presidente de Essap, tenés que hacer algo efectivo porque el plagueo y las explicaciones técnicas no solucionan nada.
La acumulación de basuras en el centro y en los barrios nos hace presentar a todos como puercos. El sistema de recolección no funciona bien y los vecinos tiran sus residuos en calles y terrenos baldíos. Eso no es culpa del intendente, pero su trabajo es encontrar solución a estos problemas.
Las molestias que ocasionan limpiavidrios y cuidacoches son de terror. Los conductores de vehículos son prisioneros de estos bravucones callejeros. Mario, intentaste poner orden en este tema, pero la paz duró un par de días y el cáncer volvió. La excusa de que son gente pobre es solo una piedra en el camino de las buenas intenciones.
¿Y qué hacemos con los raudales? Cuando llueve mucho, debemos estancarnos en donde nos encontremos porque la fuerza del agua sobre el pavimento nos puede causar mucho daño. Algo debe hacer la Municipalidad al respecto.
La falta de soluciones no obedece a una escasez de funcionarios. Por el contrario, la sobre abundancia de personal es otro de los talones de Aquiles de la comuna. Hay miles de personas que deambulan por los pasillos y oficinas, sin mucho trabajo que hacer. Sí, hay una docena de sindicatos que los defienden y a nadie se le puede despedir. Pero, Mario, si no es posible hacer nada al respecto y los funcionarios se comen casi todo el presupuesto, entonces, ¿para qué queremos un intendente si el mismo se va a contentar con el “así nomás luego siempre fue”?
Quien ocupa el cargo más importante del municipio tiene cinco años para encontrar soluciones a los problemas más graves que sufren sus parroquianos. La gente lo votó para que cumpla, al menos en su mayor parte, las promesas electorales. Un intendente debe marcar su paso por esta función pública. Si solo va a pasar un paño húmedo a tanta suciedad, no vale la pena. Será uno más en el montón de los políticos que prometen mucho y hacen poco.
Mario, aún te quedan tres años para demostrar que sabés servir a tu comunidad y solucionar algunas de sus grandes carencias. Si no podés demostrar eso en los hechos, podrían aplicarte el proverbio romano, pero al revés: el que no puede lo menos, mucho menos podrá lo más.
En lenguaje más sencillo: si como intendente no andás bien, como presidente te irá peor. O, si ahora demostrás tu capacidad, quizás haya alfombra roja hacia el Palacio de López en 2023.