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a) Naturaleza del sistema tributario
- El sistema tributario paraguayo es un sistema simple y esa es una de sus mayores virtudes. Tiene pocos impuestos, pero de amplia cobertura, pero que llega a un grupo relativamente pequeño de aportantes. Muchos de los mismos son eficientes en términos de su sistema de recaudación, incluso en comparación con impuestos de tasas más elevadas en otras partes de la región. Este es el caso del IVA.
b) Disrupciones y cambios en la evolución tributaria
- El sistema tributario paraguayo fue construido a lo largo de un plazo relativamente largo e implementado por diversos gobiernos y diversas autoridades fiscales. En general, se fue avanzando bajo situaciones políticas muy cambiantes que permitieron la negociación de distintos pactos entre los potenciales afectados y la clase política. Normalmente, las negociaciones de modificaciones tributarias se han dado en coincidencia de dos eventos: Algún tipo de crisis, política o económica, y el inicio de un nuevo gobierno.
- Hubo intentos de modificación de la legislación tributaria también en otras instancias, que no han prosperado. El caso más reciente es el intento de imposición del IVA al sector cooperativo. Es preciso además considerar que el reciente Cambio de Año Base (CAB) realizado para la medición del PIB por el Banco Central, ha alterado los valores de muchas variables económicas que se venían manejando. En el caso de los impuestos, ha hecho parecer que todos los tributos sean insignificantes ante los nuevos números del PIB.
c) Acuerdos necesarios para reformas exitosas y sus riesgos
- Las reformas tributarias han sido “acuerdos”, no imposiciones. Esto ha ayudado a la generación de mayores niveles de cumplimiento de las normas, que en general, han sido inteligentes, bien pensadas y tendientes a incrementar la inclusión de contribuyentes y la recaudación.
- Sin embargo, en varias de esas negociaciones, el Estado, representado por el Gobierno de turno, ha planteado e incluso se ha comprometido a generar reducciones significativas en gastos para adecuarlos a la necesidad de una mayor racionalidad. El éxito que se ha alcanzado en el lado de los ingresos ha sido una gran derrota por el lado del gasto, donde el presupuesto ha respondido crecientemente a un Estado populista y empleador. Las mejoras en la provisión del Estado de bienes y servicios públicos al ciudadano, ha evolucionado poco y en muchos casos incluso ha involucionado en estos años.
- El principal incremento de gastos en que ha redundado la suba tributaria ha sido el drástico crecimiento de la planilla laboral del Estado. El Estado paraguayo ha ido perdiendo legitimidad con el contribuyente, sobre todo con aquellos que llevan la parte principal del peso fiscal. Es necesario tener en mente siempre que un Estado débil, permeado por la corrupción y la ineficiencia, genera innumerables costos ocultos a los ciudadanos y los contribuyentes.
d) Riesgos inminentes
- Considero que, si no existe la voluntad de incorporar aspectos de reforma en el gasto, una reforma tributaria en el inicio de este Gobierno debería limitarse a ordenar los sistemas tributarios para poder hacer luz sobre aquellos aspectos más dudosos y conflictivos en la legislación existente.
- Si por el contrario, lo que se busca es generar un incremento en distintas alícuotas en diversos impuestos, la reforma tributaria debería ir acompañada de reformas por el lado del gasto, ya que sólo esto daría legitimidad a la nueva legislación. Lo que se debe buscar es un PACTO FISCAL que pueda involucrar a amplios sectores de la sociedad y que incorpore la idea de la “contribución colectiva al bien público”. De lo contrario, la historia podría acabar como siempre: Incremento de la rigidez del gasto, mayores contrataciones a amigos y secretarias “de oro”, etc. Beneficios para pocos, financiados también, por los pocos contribuyentes.
Si no tomamos estas medidas, nos espera lo que hoy observamos de alguna manera en Argentina y en Brasil: Un déficit fiscal insostenible, inflación alta, falta de crecimiento, pobreza y otras “malarias” propias de economías endebles. Decía Mauricio Macri hace unos días en su discurso al pueblo argentino: “No podemos gastar más de lo que tenemos”. Es importante aprender de los errores de nuestros vecinos y empezar ahora a corregir el rumbo antes de equivocarnos.
(*) Exministro de Hacienda y analista económico