SIRI

Es probable que más de un lector de esta columna periodística de opinión no identifique a SIRI. Es el nombre de un programa y servicio de internet que ofrece la empresa APPLE, en el que todo el que tenga una computadora o un teléfono celular inteligente de esa marca puede preguntar o pedir cualquier información que desee.

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SIRI está demostrando que quien le pregunte encontrará respuesta inmediatamente y, para más facilidad, la pregunta se puede hacer oralmente, hablándole a SIRI, y la respuesta se recibirá también oralmente en la voz de SIRI.

Semejantes a SIRI, hay otros programas producidos por otras empresas con otros nombres, como CARTANA, GOOGLE y ALEXA.

Estos programas no son un producto más de las tecnologías; en mi opinión, son un acontecimiento. Los efectos de su impacto, mejor dicho, de su presencia estable entre nosotros, son incalculables. En primer lugar, porque suponen un despliegue cualitativo de las posibilidades de la “inteligencia artificial”, que levantan las expectativas con esperanzas y temores. El funcionamiento, la eficacia, la velocidad de recepción, comprensión, respuesta, la universalidad de información y de fuentes de información que maneja, entre otras características, le convierten en un servicio incomparable de información extremadamente accesible y barata.

En segundo lugar, porque este servicio tan accesible está al alcance de todos, sean niños, adolescentes, jóvenes, adultos o ancianos. Y este valor de disponibilidad, sin discriminación alguna, provoca desafíos no pretendidos, pero activos y reales, especialmente para los educadores, tanto familiares como profesionales.

Hasta hace poco, toda la información que llegaba a los niños salía o pasaba por el control de madre, padre y maestros o profesores. Cuando la radio y, sobre todo, la televisión invadieron los hogares, más aún, cuando en muchos hogares la televisión sirvió de niñera para entretener a los niños, ellos se llenaron de informaciones de todo tipo y sin ninguna orientación.

Pero esos medios masivos no ofrecían ni ofrecen sino ocasionalmente información especialmente pertinente para los niños, y menos aún información académica. Con SIRI, los niños, como todos los demás, tienen toda la información que deseen también académica.

Esto quiere decir que los niños pueden consultar antes de clase y confrontar después de ella con máxima facilidad y rapidez todo lo que les diga el maestro, maestra o profesor y profesora. Los educadores profesionales no tienen ya el monopolio de la información ante sus alumnos.

El alumno piensa fácilmente que la información es conocimiento y suele contentarse con la primera, con lo cual, en vez de formarse, a lo más termina siendo un estudiante informado. Los educadores están desafiados no solo porque los alumnos tienen acceso a fuentes de información tanto como ellos, sino porque SIRI les obliga a cambiar su servicio a los educandos, a quienes debe ofrecerles más que nunca orientación y estrategias de aprendizaje para que sus estudiantes sepan convertir y conviertan la información en conocimientos.

Confundir información con conocimiento es frecuente también entre adultos, incluso profesores, pero aunque tienen sus semejanzas, ciertamente son muy diferentes y ambos procesos cognitivos absolutamente necesarios en la educación de hijos y alumnos. Son diferentes en su origen, en las actividades con las que se realizan y en los resultados y sus efectos.

La información tiene su origen en datos , que surgen de la observación de realidades sensibles; y, por su parte, el conocimiento tiene su fuente en la información. SIRI, con su inteligencia artificial, nos ofrece información, no nos da conocimientos. Nosotros podemos con esa información gestar conocimientos., lo que requiere actividades psicológicas muy diferentes de las que se desarrollan para producir la información. Ciertamente no se puede, al menos no se debe, confundir información con conocimiento.

Los educadores familiares y profesionales están desafiados a revisar sus funciones en los procesos educativos. Su rol insustituible, subrayo el adjetivo insustituible, es el de acompañar afectivamente orientando para que los educandos aprendan a buscar, interpretar, valorar y seleccionar la información con equilibrado sentido crítico y enseñar a transformar la información en conocimientos; más todavía, enseñar a producir, con ella y con vocación creativa, conocimientos de calidad.

Bienvenidos, SIRI y semejantes; estamos en la sociedad de la información y el conocimiento.

jmonterotirado@gmail.com

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