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No se debe confundir la seguridad nacional como una responsabilidad de las Fuerzas Armadas. No estamos hablando de la defensa territorial.
La seguridad nacional debe ir más allá de los riesgos vinculados con el terrorismo; debe considerarse otros escenarios de riesgo, como la pobreza, la falta de acceso al agua, la falta de infraestructuras, la desnutrición, etc.
En estos tiempos de la globalización, los conflictos son diplomáticos que se debaten en reuniones, y ya no más con el uso de la fuerza bruta, salvo algunas excepciones que se siguen dando en el mundo.
Por lo general, un país pequeño como el nuestro ¿para qué quiere unas Fuerzas Armadas si ni siquiera se logró evitar la intervención militar extranjera en nuestro territorio, como ocurrió recientemente con efectivos militares de Brasil? No estamos ni para declararle la guerra a nadie. No se justifica la sangría presupuestaria para mantener el concepto de la seguridad nacional en manos de los militares.
Si la seguridad nacional se entendiera como la garantía del bienestar de los habitantes del país, entonces cada guaraní para sostener a las Fuerzas Armadas podría ser destinado para evitar la mortandad infantil por desnutrición o para sistemas de agua u otras obras más beneficiosas.
El representante residente adjunto de la JICA en nuestro país, Keisuke Ito, explicó sobre la necesidad de humanizar ese concepto de la seguridad, en el marco del seminario internacional sobre el tema, el viernes último, en el Carmelitas Center.
Separó en dos ejes la seguridad: el primero, con el riesgo asociado al terrorismo y, el segundo, con las carencias (pobreza, desnutrición y otros).
Ilustró lo que en todo el mundo se viene implementando: una seguridad centrada en la persona.
Este concepto (de la seguridad humana) debe prender en el país, para enfocar recursos y atención a problemas que requieren pronta solución, como los focos de pobreza, la desnutrición, la necesidad de ampliar la cobertura en saneamiento básico, entre otros.
¿Necesitamos militares en abundancia? ¿O necesitamos de una población bien alimentada, educada, con posibilidad de acceso al sistema económico productivo nacional?
La agenda gubernamental debe considerar este nuevo paradigma que plantea la seguridad nacional, con una mirada más realista sobre qué es lo que el país necesita.
walberto@abc.com.py