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Diez y ocho años de lucha pertinaz e ininterrumpida hemos protagonizado desde 1992 para contar con una Ley de Lenguas en nuestro país. Esta ley, identificada con el Nº 4251/10, promulgada el 29-12-2010, viene a reglamentar dos artículos de nuestra Constitución Nacional, los Nº 77 y 140 que guardan directa relación con la cuestión lingüística en el país. Para el caso paraguayo, esta cuestión, especialmente lo relativo al sociolingüismo, es esencial e insoslayable para articular una política y sistema educativos que realmente necesita la sociedad paraguaya. Por eso, la ley establece en su Art. 31 que esta Secretaría cumplirá sus funciones en coordinación con el ministro de Educación y Cultura y la Secretaría Nacional de Cultura. Creemos firmemente que por fin tendremos las posibilidades concretas, a través de esa coordinación con el MEC, de ir ajustando la política y sistema educativo a nuestra realidad sociolingüística.
Hoy, la Ley de Lenguas es una realidad; faltan solamente algunos días para cumplirse un año de su promulgación. Ahora hay que implementar los medios para que el organismo creado por ella misma (Secretaría de Políticas Lingüísticas) sea instalado y empiece su tarea. Y ¿qué hace falta para que esta Secretaría, como organismo de aplicación de la Ley de Lenguas entre en acción? Falta que las autoridades públicas respectivas (léase Parlamento Nacional, Ministerio de Hacienda, Secretaría Nacional de la Función Pública) tengan en cuenta que "no se presume la gratuidad del trabajo". El plantel de recursos humanos que hará mover esa maquinaria tiene que ser nombrado luego de que se haya aprobado el organigrama de la Secretaría de Políticas Lingüísticas, con la definición de funciones de cada unidad que compondrá la Secretaría. Los proyectos están todos y fueron elaborados por la Comisión Nacional de Bilingüismo con la estrecha colaboración de los organismos privados abocados en el mismo tema, tal como dispone el Art. 49 de la Ley de Lenguas. Entre esos organismos privados están el Taller de la Sociedad Civil, el Instituto de Lingüística Guaraní del Paraguay, la Fundación "Yvymaraeÿ", el Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní, etc.
La Comisión Nacional de Bilingüismo recibió el mandato de la ley (Art. 48) para actuar transitoriamente como la Secretaría de Políticas Lingüísticas; formó una Comisión Coordinadora con los representantes de las instituciones privadas mencionadas y se llevó a cabo ordenadamente los primeros trabajos. Se produjo como primer paso importante el nombramiento por decreto del Dr. Carlos Villagra Marsal como titular de la Secretaría de Políticas Lingüísticas, con rango de ministro. La Secretaría de Políticas Lingüísticas depende directamente de la Presidencia de la República. Desde su nombramiento, el Dr. Villagra Marsal está trabajando para el funcionamiento de la Secretaría a su cargo. Ya cuenta con un grupo de personas que serán sus principales colaboradores en la Secretaría de Políticas Lingüísticas. De alguna manera, todos los que estuvimos participando en el proyecto de la Ley de Lenguas, en la elaboración del organigrama con la definición de funciones, estamos a su lado, con una envidiable unidad de criterio con respecto a lo que debe hacer la Secretaría a su cargo. Su designación es realmente un acierto. Villagra Marsal tiene sobrada competencia para el cargo; es abogado, escritor, poeta, investigador y operador cultural, con mucha experiencia en el manejo de la cosa pública; está en el tema de la lingüística y tiene el respaldo de los que estamos en este quehacer.
Hoy, la Ley de Lenguas es una realidad; faltan solamente algunos días para cumplirse un año de su promulgación. Ahora hay que implementar los medios para que el organismo creado por ella misma (Secretaría de Políticas Lingüísticas) sea instalado y empiece su tarea. Y ¿qué hace falta para que esta Secretaría, como organismo de aplicación de la Ley de Lenguas entre en acción? Falta que las autoridades públicas respectivas (léase Parlamento Nacional, Ministerio de Hacienda, Secretaría Nacional de la Función Pública) tengan en cuenta que "no se presume la gratuidad del trabajo". El plantel de recursos humanos que hará mover esa maquinaria tiene que ser nombrado luego de que se haya aprobado el organigrama de la Secretaría de Políticas Lingüísticas, con la definición de funciones de cada unidad que compondrá la Secretaría. Los proyectos están todos y fueron elaborados por la Comisión Nacional de Bilingüismo con la estrecha colaboración de los organismos privados abocados en el mismo tema, tal como dispone el Art. 49 de la Ley de Lenguas. Entre esos organismos privados están el Taller de la Sociedad Civil, el Instituto de Lingüística Guaraní del Paraguay, la Fundación "Yvymaraeÿ", el Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní, etc.
La Comisión Nacional de Bilingüismo recibió el mandato de la ley (Art. 48) para actuar transitoriamente como la Secretaría de Políticas Lingüísticas; formó una Comisión Coordinadora con los representantes de las instituciones privadas mencionadas y se llevó a cabo ordenadamente los primeros trabajos. Se produjo como primer paso importante el nombramiento por decreto del Dr. Carlos Villagra Marsal como titular de la Secretaría de Políticas Lingüísticas, con rango de ministro. La Secretaría de Políticas Lingüísticas depende directamente de la Presidencia de la República. Desde su nombramiento, el Dr. Villagra Marsal está trabajando para el funcionamiento de la Secretaría a su cargo. Ya cuenta con un grupo de personas que serán sus principales colaboradores en la Secretaría de Políticas Lingüísticas. De alguna manera, todos los que estuvimos participando en el proyecto de la Ley de Lenguas, en la elaboración del organigrama con la definición de funciones, estamos a su lado, con una envidiable unidad de criterio con respecto a lo que debe hacer la Secretaría a su cargo. Su designación es realmente un acierto. Villagra Marsal tiene sobrada competencia para el cargo; es abogado, escritor, poeta, investigador y operador cultural, con mucha experiencia en el manejo de la cosa pública; está en el tema de la lingüística y tiene el respaldo de los que estamos en este quehacer.