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La industria textil, por ejemplo, se reactivaría y a través de ella se estimulará nuevamente el cultivo de algodón, que fue abandonado hace décadas por los labriegos de la zona. A este producto tradicional, se suma la necesidad de potenciar aquellos rubros con ventajas comparativas por las condiciones naturales del departamento.
A través del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), la participación del Gobierno departamental y las administraciones municipales, se puede también respaldar la apicultura, que tiene un enorme potencial en la zona. Llamativamente este rubro es ignorado por autoridades y técnicos, pese a que es una interesante opción ante las dificultades periódicas, como las inundaciones. En el Ñeembucú se obtiene un producto totalmente orgánico, que requiere de su certificación.
Otra actividad, que se realiza de manera artesanal y tiene gran potencial, es la producción de queso. La mayoría de las familias campesinas cuentan por lo menos con una lechera y por la imposibilidad de almacenar la leche, optan por elaborar el “queso Paraguay”.
A pesar del notorio impacto social de esta labor, no se realizó ningún esfuerzo para transmitir tecnología y dar valor agregado a un producto que por su nobleza, es el que permite la supervivencia de los ñeembucuenses en tiempos de extrema crisis. Plantas fabriles para pasteurizar la leche, elaborar yogur, queso y otros alimentos, se encuentran paradas a la espera de un apoyo del sector público.
También surge como una posibilidad muy rentable la cría de peces, actividad que podría ser encarada por las familias de pescadores. Estas son sólo algunas de las alternativas, que requieren de mínimo respaldo para evitar que el Ñeembucú siga ostentando el “privilegio” de ser uno de los departamentos con mayor número de migrantes.
clide.martinez@abc.com.py