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Fue gracias al esfuerzo de un grupo de personalidades que comprendieron su verdadera importancia y el trabajo sostenido de la Dirección de Extensión Agraria (Deag), dependencia técnica del Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Sin embargo, este resurgimiento registrado desde el año pasado en nuestro medio no acontece solo en nuestro país sino en muchas otras naciones de América y otros continentes. Felizmente el Paraguay se anota como uno de los primeros en reactivar este movimiento internacional que se ocupa de la formación integral de niños y jóvenes desde 12 hasta los 22 años, reuniendo a chicas y chicos sin discriminación alguna.
Las 4C, inscriptas en los pétalos del trébol de la suerte de 4 hojas, significan el desarrollo del pensamiento: es decir, Cabeza, el desarrollo y la madurez emocional; Corazón, la formación técnica; Capacitación, para la producción; y la cuarta C se refiere al desarrollo social, vale decir Cooperación.
A propósito, apenas se publicó la formación del primer club en la localidad de San Antonio de Arroyos y Esteros, ya hubo un ir y venir de técnicos de la Deag y los padres de familia que creen que no solo era necesario, sino urgente, volver a recomponer las filas de los jóvenes del campo en ese movimiento en conocimiento de que los jóvenes de nuestro país están desatendidos y, por eso mismo, desorientados ante los peligros del vicio y la pérdida del amor al trabajo.
Los trabajos organizativos y de formación están actualmente a cargo de un equipo impulsor y, ya en estos días, personalidades de nuestro medio que tienen conciencia de la responsabilidad social conformarán el directorio que regirá la Asociación Pro Desarrollo de los Clubes Agrarios Juveniles del Paraguay, que tiene personería jurídica y que apoyará la labor de los extensionistas en el campo.
A pedido del director de la Deag, se ha marcado una ruta y se establece como meta la realización del primer campamento para mostrar los productos obtenidos a cargo de unos 5.000 socios dirigidos por el equipo impulsor y unos 200 extensionistas que tengan interés en ese trabajo.
El directorio, que desde luego trazara un programa, tendrá por fin básico obtener recursos a nivel nacional e internacional y administrarlos. El equipo impulsor, por su parte, con la colaboración de personas preparadas, trabajará para facilitar la formación intelectual, espiritual y social, mientras los técnicos de la Deag se ocuparán de la capacitación para la producción conforme al interés que muestren los jóvenes y los padres de ellos mismos.
Vale la pena mencionar que los socios se interesan por la producción, aunque deseen estudiar carreras distintas, pero quieren encontrar trabajo mientras estudian la carrera de su vocación. Además, consideran que el trabajo del campo debe modernizarse para conseguir rendimiento.