Recordando a los caídos

Cada 11 de noviembre, a las once horas de la mañana, los británicos, junto con muchas otras nacionalidades, conmemoran el fin de la Primera Guerra Mundial, en 1918. Una guerra devastadora en la cual murieron más de 17 millones de personas.

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En esta ocasión solemne el pueblo británico se reúne para guardar dos minutos de silencio en honor a todos aquellos que dieron sus vidas para proteger nuestras libertades democráticas.

El Reino Unido cree fuertemente en recordar a aquellos que lucharon no solamente en las dos guerras mundiales, sino también a los más de 12.000 militares británicos, hombres y mujeres, que murieron o fueron lesionados en situaciones de conflicto desde 1945.

El Día del Recuerdo, o Remembrance Day, es una parte importante de la vida moderna británica, así como de su cultura y herencia. Siendo la amapola roja, o poppy, como es conocida en el Reino Unido, su símbolo más potente.

La historia de la poppy es muy interesante e inspiradora. En los inhóspitos y lodosos campos de batalla de la Primera Guerra Mundial, en Bélgica y Francia, una de las pocas cosas vivientes en florecer en miles fueron las brillantes amapolas rojas de Flandes (Papaver rhoeas).

A principios del año 1915, un doctor canadiense, el Tte. Cnel. John McCrae, se inspiró en los campos de amapolas en Yprés (Bélgica), escenario de una de las batallas más sangrientas de la Primera Guerra Mundial, para escribir el ahora famoso poema llamado “En los campos de Flandes”.

Este poema homenajea tanto a los civiles como a aquellos militares que fallecieron en la 1ª Guerra Mundial:

En los campos de Flandes crecen las amapolas.

Fila tras fila, entre las cruces que señalan nuestras tumbas.

Y en el cielo aún vuela y canta la valiente alondra, escasamente oída por el ruido de los cañones.

Somos los muertos.

Hace pocos días vivíamos, cantábamos, amábamos y éramos amados.

Ahora yacemos en los campos de Flandes. Contra el enemigo continuad nuestra lucha, tomad la antorcha que os arrojan nuestras manos exangües.

Mantenedla en alto.

Si faltáis a la fe de nosotros, muertos, jamás descansaremos, aunque florezcan en los campos de Flandes las amapolas.

La amapola roja se ha convertido en un poderoso símbolo del recuerdo y esperanza. Por eso, millones de británicos visten una flor de amapola durante el mes de noviembre para no olvidar a aquellos que perecieron en los conflictos. No debe ser confundida con un símbolo de muerte o señal de apoyo a la guerra. No representa ningún partido político o grupo religioso. El dinero recaudado de la venta de las amapolas está destinado a ayudar al personal herido, veteranos de guerra, y a sus familias.

En el Paraguay, luzco mi poppy con orgullo, y este viernes, en ocasión del Día del Armisticio, mantendré los dos minutos de silencio en memoria y honorando a los millones que dieron tanto por las libertades que disfrutamos hoy.

* Embajador británico

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