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Con David Riveros García al frente, este grupo que nuclea a unos jóvenes que en promedio no pasan los 21 años, le ha dado unos cuantos dolores de cabeza al municipio esteño cuando se erigieron como contralores del uso de fondos del Fonacide (Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo).
Así lograron poner en evidencia los manejos perversos del dinero que debiera ser destinado a la educación pero se usan para cualquier otra cosa. Con la Ley 5282/14 como herramienta han construido credibilidad en su trabajo que hasta lograron apoyo internacional para fortalecer su método de labor.
Sin embargo, por ser jóvenes muchas veces no han sido tomados en serio. Tal es el caso del cual se hacen eco en su fanpage del FB sobre el uso de G. 152.492.786 por parte de la Municipalidad de CDE para la reparación de una escuela que no estaba dentro de la lista de prioridades y cuyas obras están mal hechas. Para colmo, dicha institución será reformada en su totalidad con fondos de Itaipú. Así, el dinero fue arrojado a la basura –si es que realmente se usó todo el monto para las obras aludidas– y la calidad de educación de los estudiantes esteños en materia de infraestructura es una vergüenza.
El trabajo de reAcción también nos muestra colateralmente que otras entidades, además de las municipalidades, incumplen la ley con la que Horacio Cartes se hizo de insignia en el exterior para demostrar lo abierto que es su gobierno. Pero solo en los papeles.
En la práctica, las instituciones adheridas al portal de acceso a la información pública son 103, de entre las cuales, las municipalidades no llegan ni a la veintena. El ejemplo de reticencia a cumplir esta ley es el de la binacional Itaipú, que está obligada a adherirse al portal. Para peor cuando respondió el pedido de reAcción –en realidad fueron dos– se limitaron a decir que los datos estaban en el portal, sin dar mayores detalles y ofreciendo una especie de manual indescifrable.
¿Por qué no dan los datos? ¿Por qué los pidieron una partida de “pendejos”? o porque no hay voluntad de transparentar el uso del dinero y en especial el destinado a la educación de cientos de niños y jóvenes del este.
Por una u otra razón, construir sociedad es un compromiso de las instituciones y del sector civil. Si estos chicos quieren saber, es su derecho tener todos los datos. La negativa nunca los ha desalentado, por el contrario, les ha llevado a crear nuevas estrategias para lograr sus objetivos.
Siempre se ha subestimado a los de reAcción por ser jóvenes. Pero ellos, con innovación y creatividad han impulsado un trabajo que tiene el aval de organismos internacionales que los alienta a seguir en esta lucha.
mescurra@abc.com.py