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Posteriormente, el coordinador, en rueda de prensa, informó sobre lo que pensaba hacer. Se instalarían 14 estaciones de monitoreo de las aguas. Tenía dos enfoques en estudio para la recuperación del lago. Que se estaba pensando en una planta de tratamiento para solucionar la contaminación del arroyo Yukyry. Incluso se adelantó asistencia técnica brasileña y, finalmente, se anunció que los trabajos se iniciarían a mediados de mayo.
Pero estamos en agosto y en el lago no pasa nada. Simplemente, no se sabe nada de nada o, en otros términos, hasta ahora no se ha hecho absolutamente nada que se sepa públicamente.
Nuestro temor es que, bajo el manto de silencio, se estén tomando decisiones que no concuerden con el interés del país. O, dicho en otras palabras, que repentinamente nos anuncien que fue firmado algún contrato, con tal o cual empresa o gobierno extranjero, por un monto de tantos millones de dólares, para la recuperación del lago.
Todos sabemos qué pasa cuando algún funcionario del Gobierno anuncia que se firmó tal o cual contrato para tal o cual cosa. Estamos hartos de la corrupción. Estamos hartos de la clase política paraguaya y de su venalidad. Estamos hartos de que en todos los niveles del quehacer nacional se robe escandalosamente. Estamos hartos de la falta de justicia, de la impunidad y de un Congreso donde el despilfarro del dinero público alcanza niveles desesperantes.
Pero, tratemos de razonar con calma. El problema del lago no es complejo. Se trata simplemente de cortar la contaminación que llega a él por los arroyos, Si se logra esto, que es fácil, el lago comenzará a recibir agua no contaminada día y noche, lo que significará el 90% de la solución del problema.
Ahora, ¿dónde estamos? Tenemos la impresión de que la persona nombrada como coordinador no entiende el problema, porque si lo entendiera, ya debía haber tomado las medidas que, imprescindiblemente, solo nosotros, los paraguayos, podemos tomarlas. Ningún extranjero va a venir a cortar la contaminación, ni a hacer un inventario de las poblaciones de la cuenca, ni a proponernos que las plantas de tratamiento cloacal sean tantas y que nos indique los lugares donde las mismas deberán instalarse. Esto no puede hacerlo nadie sino nosotros, los paraguayos.
El país cuenta con personas capacitadas para resolver el problema del lago. Por supuesto que para nombrarlas no se las debe mirar a través de ningún color partidario. Lo que interesa es solo su capacidad.
Veremos qué hace el coordinador oficial en este entuerto del lago.
horaciososa1923@abc.com.py