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El primer tramo beneficiará en parte a la población de Alto Paraguay, para su conectividad por tierra al Chaco Central y la capital del país, Asunción. Además a Chortitzer, cuyos referentes pidieron años atrás que este asfaltado pase por sus aldeas del oeste de Loma Plata para ayudar el acopio de leche en tiempos de lluvias.
También beneficiará a la empresa Pioneros SA, ubicada en la prolongación de esta primera etapa, la así llamada Línea Sur (22 km), asfaltada años atrás, luego de maniobras de políticos menonitas locales, en gran detrimento del totalmente sobrecargado camino vecinal de tierra llamado Línea Norte, que une en forma directa a Filadelfia y Loma Plata.
El segundo tramo beneficiará sobre todo a los sojeros de Mato Grosso do Sul, los puertos chilenos, consorcios del asfalto, en parte a la ciudad de Mariscal Estigarribia y a los ganaderos de la Picada 500, del Pilcomayo y a Pozo Hondo.
Todo parece muy lindo, pero no debemos olvidar que cuando se registre una lluvia importante, el Juan Pueblo del Chaco seguirá destruyendo su vehículo en el barro, pasando por caminos vecinales y calles urbanas de tierra.
Un conocido productor de Alto Paraguay dijo: “Cuando llueve, no vamos a poder transportar nuestros productos al corredor bioceánico, porque no tenemos otros caminos de todo tiempo”. No existe mejor resumen al problema que se tendrá muy presente, pese a los auspiciosos anuncios del nuevo tramo rutero.
Muchos últimamente opinan que primero se debe priorizar al Chaco, a su gente y a la estropeada Transchaco, después hablar de los beneficios del corredor bioceánico.
mduerksen@abc.com.py