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Muchos dirán que son efectos de la naturaleza y es imposible medirlos. Sin embargo, acciones a tiempo como obras de infraestructura y otras inversiones seguramente ayudarían a tener impactos ínfimos.
Uno de los barrios afectados por la crecida del arroyo Calaverita es Inmaculada de Concepción. Las viviendas de las familias residentes en los sectores de San José Olero y la zona homónima al cauce hídrico están bajo agua desde hace días.
Es bien sabido que en esta parte de la capital departamental el muro de contención no llega, pero de igual manera se instalaron cientas de casas y en los últimos años la población en esos sitios aumentó considerablemente. No es la primera vez que estos moradores atraviesan por esta situación, quizá los lugareños más antiguos del lugar puedan tener un número exacto.
Lastimosamente, esto mismo seguirá ocurriendo si es que no se toman medidas tendientes a solucionar el inconveniente.
La falta de previsión de las autoridades municipales, departamentales y nacionales desencadena en esta situación en la cual personas de distintas edades deben abandonar sus viviendas por las inundaciones. Tampoco se realizan acciones tendientes a mejorar, no se trabajaron en proyectos que tengan como objetivo por ejemplo atenuar el efecto del desborde del arroyo.
No existe un control efectivo en cuanto a la venta de terrenos, las casas prácticamente están al borde del arroyo, el ordenamiento de casas e inmuebles prácticamente no existe en la zona. Los habitantes de estos barrios viven en constante peligro de ser inundados, se encuentran en total estado de vulnerabilidad.
Mientras todo esto no se tiene en cuenta y otras cosas no se cambian, las personas que viven en esos lugares seguirán siendo obligadas a dejar sus casas.
ajrojas@abc.com.py