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En la década del 90, se modificó todo el sistema de enseñanza con un nuevo plan que llamaron “reforma educativa”, que entre otras cosas venía con materias renombradas, divididas, más horas cátedra, que con el tiempo significó menos profundidad en las enseñanzas. Pero no solo se inventaron nuevas materias, también se cambió el sistema de evaluación de los estudiantes. Así, el alumno que con el “método antiguo” tenía tres oportunidades en el año para aprobar una materia, pasó a tener cinco y más. En los últimos años inclusive se estableció tácitamente que ningún alumno repetirá el grado o curso. No importa si aprendió o no. El “método renovado” resultó un gran fracaso, pero lleva casi 30 años sin que se haga un replanteamiento para buscar soluciones.
Lo que hizo hasta ahora el “método renovado” fue lanzar al mercado estudiantes mediocres, muchos de ellos posteriormente convertidos en docentes con poca preparación, más preocupados en participar de actividades proselitistas para asegurar su zoquete, que en exigirse a formar de la mejor forma a los niños y jóvenes. Es triste escuchar muchas veces que docentes de secundaria no pueden pronunciar una frase completa sin mostrar falta de dicción o tener error de concordancia. Y ni hablar de los estudiantes. Y lo más triste es que el mayor segmento de gente con poca preparación salió de las instituciones públicas. El Gobierno, en una histórica apuesta a la educación superior, entregó en estos días becas a jóvenes que lograron ser admitidos en las mejores universidades del mundo.
El sistema de enseñanza se debe replantear urgentemente. El futuro de nuestro país así lo exige. Deberíamos mirar programas de enseñanza de países que lograron un desarrollo pleno gracias a la educación. Se debería conformar un grupo de notables que aporte ideas, modelos y trabajar en la construcción de un proyecto educativo que apunte a la excelencia. En la Cámara de Diputados hay una tímida iniciativa, pero se necesita mucho más que eso. Se debe involucrar a más gente, y este es el momento, este que quizás sea una de las pocas veces que se da un movimiento como el del viernes, sin que tenga un tufo a trasfondo político.
Ojalá la marcha se repita, y con mucha frecuencia. Los jóvenes deben estar vigilantes, y seguir presionando hasta lograr que ciudadanía y autoridades juntas trabajen por un mejor futuro para el país.
nespinola@abc.com.py