Cargando...
El 18 de enero último, campesinos de San Estanislao pedían la urgente ayuda del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para frenar la expansión de la oruga de la hoja (yso karu), que estaba devorando las plantaciones de algodón diseminadas en diferentes distritos del segundo departamento. Simultáneamente, los labriegos del departamento de Canindeyú enviaban la misma señal de SOS a la cartera estatal, manejada por el abogado Enzo Cardozo. En XIV departamento los gusanos literalmente devoraron 238 hectáreas de plantaciones del textil.
Ambos casos fueron publicados por nuestro diario, pero mientras las orugas se "divertían" en los algodonales al parecer los responsables del MAG estaban durmiendo. ¿O será que la plaga apareció justo cuando los funcionarios disfrutaban de sus vacaciones?
En medio de la alarma lanzada por los labriegos, el Ing. Agr. (PhD) Ricardo Pedretti dijo que el yso karu (Alabama arguillácea) "es la oruga más típica del algodón y la más explosiva".
"La explosión demográfica que tiene es espectacular y justamente la zona más afectada es el Norte. San Pedro y Caaguazú es donde siempre se han detectado las infestaciones del yso karu más grandes, que es una plaga muy terrible", expresó.
Además, según el Dr. Pedretti, esta plaga es tan inoportuna que empieza a aparecer en los algodonales entre las fiestas de fin de año. Los campesinos (y técnicos) tienen que estar sumamente atentos en esos días. Como en esa temporada son muy chiquititas, si se aplican productos específicos en la primera semana de enero, puede ser muy eficaz para controlar su expansión, explicó el especialista.
Lo que el Dr. Pedretti advirtió es algo que los entomólogos del MAG conocen perfectamente y los profesionales que trabajan en programas e investigaciones sobre algodón manejan al pie de la letra. Entonces, resulta totalmente inentendible para la razón humana que la secretaría estatal haya reaccionado con total tibieza, que siete días después de que los algodoneros pidieran socorro se hayan reunido para diseñar un "plan estratégico" para luchar contra el yso karu y que siete días después hayan aparecido los técnicos en las parcelas con los productos químicos.
¿Piensan acaso que los miles de yso karu hicieron una pausa de siete días mientras los "expeditivos" técnicos organizaban una reunión para ayer lunes en el Instituto Agronómico Nacional (IAN), de Caacupé, a fin de discutir sobre cómo encarar el "plan estratégico"?
Si el programa de reactivación del cultivo de algodón fuera medianamente serio, debería contemplar eventuales apariciones de yso karu y otras plagas comunes.
¿Qué pretenden recuperar con el atrasado plan estratégico y con las tardías fumigaciones?
La reactivación de la siembra del algodón fue puesta en marcha hace tres años mediante un convenio firmado entre la Federación Nacional Campesina (FNC) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Abarca los departamentos de San Pedro, Canindeyú, Caaguazú, Caazapá y Paraguarí. El propósito es recuperar el cultivo del algodón con la implementación de la variedad IAN 425, elegida para reproducción de semillas. El objetivo fue superar la carencia de simientes, enmarcado dentro de una campaña nacional para que el "oro blanco" se convierta en el principal rubro de renta para los productores primarios.
Lo que hicieron fue ilusionar nuevamente a los labriegos con que el "oro blanco" es la salvación de la economía campesina y es posible que los agricultores hayan creído la propaganda del cambio. Sin embargo, los yso karu y la incapacidad del MAG en dar una respuesta rápida como exigía la situación se encargaron de devorar toda ilusión y credibilidad.
Ambos casos fueron publicados por nuestro diario, pero mientras las orugas se "divertían" en los algodonales al parecer los responsables del MAG estaban durmiendo. ¿O será que la plaga apareció justo cuando los funcionarios disfrutaban de sus vacaciones?
En medio de la alarma lanzada por los labriegos, el Ing. Agr. (PhD) Ricardo Pedretti dijo que el yso karu (Alabama arguillácea) "es la oruga más típica del algodón y la más explosiva".
"La explosión demográfica que tiene es espectacular y justamente la zona más afectada es el Norte. San Pedro y Caaguazú es donde siempre se han detectado las infestaciones del yso karu más grandes, que es una plaga muy terrible", expresó.
Además, según el Dr. Pedretti, esta plaga es tan inoportuna que empieza a aparecer en los algodonales entre las fiestas de fin de año. Los campesinos (y técnicos) tienen que estar sumamente atentos en esos días. Como en esa temporada son muy chiquititas, si se aplican productos específicos en la primera semana de enero, puede ser muy eficaz para controlar su expansión, explicó el especialista.
Lo que el Dr. Pedretti advirtió es algo que los entomólogos del MAG conocen perfectamente y los profesionales que trabajan en programas e investigaciones sobre algodón manejan al pie de la letra. Entonces, resulta totalmente inentendible para la razón humana que la secretaría estatal haya reaccionado con total tibieza, que siete días después de que los algodoneros pidieran socorro se hayan reunido para diseñar un "plan estratégico" para luchar contra el yso karu y que siete días después hayan aparecido los técnicos en las parcelas con los productos químicos.
¿Piensan acaso que los miles de yso karu hicieron una pausa de siete días mientras los "expeditivos" técnicos organizaban una reunión para ayer lunes en el Instituto Agronómico Nacional (IAN), de Caacupé, a fin de discutir sobre cómo encarar el "plan estratégico"?
Si el programa de reactivación del cultivo de algodón fuera medianamente serio, debería contemplar eventuales apariciones de yso karu y otras plagas comunes.
¿Qué pretenden recuperar con el atrasado plan estratégico y con las tardías fumigaciones?
La reactivación de la siembra del algodón fue puesta en marcha hace tres años mediante un convenio firmado entre la Federación Nacional Campesina (FNC) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Abarca los departamentos de San Pedro, Canindeyú, Caaguazú, Caazapá y Paraguarí. El propósito es recuperar el cultivo del algodón con la implementación de la variedad IAN 425, elegida para reproducción de semillas. El objetivo fue superar la carencia de simientes, enmarcado dentro de una campaña nacional para que el "oro blanco" se convierta en el principal rubro de renta para los productores primarios.
Lo que hicieron fue ilusionar nuevamente a los labriegos con que el "oro blanco" es la salvación de la economía campesina y es posible que los agricultores hayan creído la propaganda del cambio. Sin embargo, los yso karu y la incapacidad del MAG en dar una respuesta rápida como exigía la situación se encargaron de devorar toda ilusión y credibilidad.