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Con la renuncia de Vega se generó una crisis en la Junta Municipal, donde dos mujeres (la liberal Wilma Meza y la colorada Mirna Benítez) se disputaron el derecho de ocupar el sillón abandonado. Ambas contendientes recurrieron al Tribunal Electoral del Alto Paraná y Canindeyú, que falló a favor de Meza.
Sin embargo, los cuestionamientos a la gestión de la mujer no se hicieron esperar. Ocho concejales detractores, liderados por el colorado Agustín Pío Ramírez, mediante un “golpe exprés” derrocaron a Meza y designaron en su reemplazo a Ramírez. Pero Meza reasumió en menos de 48 horas y a partir de allí predominó el caos en la Comuna.
El problema de la Municipalidad de Curuguaty se trasladó a Coronel Oviedo, donde el Tribunal Electoral sigue dilatando la emisión de una resolución que determine si Wilma Meza o Agustín Pío Ramírez deberá traspasar el mando al que surgiere como ganador de los comicios municipales fijados para el 8 de setiembre de 2013. El periodo de mandato culminará en el 2015 y cabe que se imponga la responsabilidad de los actores políticos.
En consecuencia, los ediles municipales deben, de una vez por todas, saldar la deuda con la sociedad cuyos derechos constantemente pisotean por la desfachatez de sus “representantes”.
Solo queda a los electores curuguateños “elegir” entre los cinco colorados, tres liberales y uno de Tekojoja al candidato menos “viciado” que tendrá la misión de poner fin al perjudicial conflicto por el poder en la Comuna.
pmedina@abc.com.py