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Alumnos de diversas instituciones educativas durante los desfiles portaron carteles en los cuales exigían a las autoridades a comprometerse con la verdad y luchar contra la corrupción.
En Eusebio Ayala, una niña de doce años, Milagros Medina, fue incluso más tajante al encarar y exigir a las autoridades un irrestricto respeto a la leyes en una sociedad dominada por la corrupción y la inseguridad. Asimismo, pidió gobernar con honestidad y patriotismo, en homenaje a los niños que dieron su vida por la patria.
El obispo de la diócesis de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela, el 10 agosto último durante los festejos patronales de Altos, también lanzó un claro mensaje. Dijo que las autoridades que quieren servir al pueblo no necesitan blindaje. Instó a dejar de lado la corrupción. Agregó que el pokarê (deshonestidad), el ñembotavy (hacerse el desentendido), el oparei (impunidad) y el mbarete (autoritarismo) están destruyendo la sociedad.
El obispo dijo que deber ser imperativo volver a poner de moda la honestidad en todos los actos que se realizan. Añadió que la impunidad debe terminar, “no se puede vivir encajonando casos”, expresó en medio de los aplausos de los presentes.
Los mensajes son claros y contundentes para todas las autoridades que asumieron el cargo el 15 de agosto último. La ciudadanía no está dispuesta a seguir aguantando la corrupción y la impunidad.
Buscar siempre la verdad debería ser la consigna, así como la disponibilidad para el servicio; esos son los valores que deberían caracterizar a todos los servidores públicos. Es la única forma de que nuestro país salga del atraso e inicie un proceso de desarrollo para que sea un lugar digno para nuestros hijos. Ahora solo queda que las autoridades lo apliquen en sus funciones.
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