Ni ven, ni oyen ni hablan

Mucha gente que vive hablando en el whatsapp ignora el significado del dibujo de tres monitos que usa con harta frecuencia. Los tres pequeños simios saltitean entre los mensajes de texto y frecuentemente son usados como sinónimo de no querer ver algo que avergüenza, arrepentirse de lo que uno acaba de decir o no querer escuchar lo que el otro está diciendo.

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Los tres vulgarizados monitos representan a tres monos sabios de la cultura japonesa llamados Mizaru, Kikazaru e Iwazaru, y tienen que ver con el “no ver, no oir, no decir”. Es un “no ver el mal, no escuchar el mal y no decir el mal”, aunque hay quien los vincula a la prudencia.

Si pudiera escribir un mensaje en el whatsapp de nuestras vidas usaría estos simios para ejemplificar lo que están haciendo los auxiliares de la justicia en Paraguay, pero al revés.

Miércoles 17 de setiembre pasado. Todos nos quedamos atónitos al escuchar a un intendente llorar y suplicar a Magdaleno Silva, exparlamentario e influyente político colorado, que le permita seguir viviendo. “Voy a renunciar si quiere, me voy a apartar, pero quiero seguir viviendo, yendo a la canchita del barrio...”, imploró Elvio López, intendente de Yby Yaú. ¿Entendíamos mal?, nos preguntamos varios. ¿Era una autoridad rogando a un ciudadano que lo dejara vivir? ¿Ofreciéndole como prenda renunciar al cargo para el cual fue electo? ¿Ofertándole como prenda no presentarse más para una reelección?

No. Lastimosamente nadie se equivocaba en la interpretación de la situación que nos tocó a todos, estupefactos, atestiguar. Los que parece que no se quedaron ni atónitos ni estupefactos fueron los de la Fiscalía: tardaron 48 horas en designar un fiscal que investigue lo que está pasando en Yby Yaú, donde de un lado y otro coinciden en una sola cosa: un movimiento mal dado terminará con una sangrienta carnicería.

Las 48 horas pueden ser pocas si pensamos en que una pareja de colombianos estuvo presa durante 60 días por traer polvo para limpieza que confundieron con cocaína. O puede ser muchísimo si consideramos que en 5 minutos de confusión en Yby Yaú, y un paso mal dado, se pueden matar todos los que se están amenazando con hacerlo.

Estamos atribuyendo todos los males a malas leyes, pero son los fiscales (quienes deben investigar los delitos y promover los castigos) y son los jueces (quienes deben juzgar y sancionar) los que están dando mediocres muestras de coraje judicial. Han pasado dos semanas de un dudoso operativo en el Norte donde todas las sospechas apuntan a un montaje... y este es el momento en que no sabemos el resultado de pericias practicadas a los muertos y a la sobreviviente que podría confirmarnos si dispararon o no armas.

¿Ahora comprende por qué los monitos del whatsapp emulan a algunos fiscales y jueces?

Porque ni ven, ni oyen... ni hablan.

mabel@abc.com.py

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