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Se produce una convivencia armoniosa, e incluso una unificación a través del mestizaje o la asimilación, por oposición a los ghettos o apartheid (separación o segregación). (wikipedia). Cada año, cada diciembre es imposible sustraerse a las opiniones y discursos de sacerdotes y obispos católicos con motivo de las fiestas de Caacupé, hoy fuente de riqueza para la Municipalidad local. Ciertos sacerdotes y obispos del Paraguay no pueden dejar de hablar ex cathedra es decir desde un púlpito en que se sienten con derecho a participar de la infalibilidad del Papa, un atributo cuestionado que consiste básicamente en la utilización de la implícita seducción de la “Palabra de Dios”. De manera que digan lo que digan creen ellos que el pueblo se inclina a creer en la verdad de lo que afirman. El Pbro. Osvaldo Duarte, prácticamente empapeló la pequeña plataforma de madera que le sirvió de púlpito en el atrio de la basílica, respaldado por la presencia del arzobispo, desde donde volcó los innumerables conceptos que le avalan como intermediario y confidente de Dios. Los feligreses le escucharon y probablemente le creyeron: “quizás las madres no tienen participación en los estamentos del poder, como el Judicial, Ejecutivo y Legislativo, “pero sus clamores a través de la oración llegan a Dios”. No está mal que las madres se sientan poderosas, e intenten traducir su impotencia por medio del ruego que delega la propia angustia en un ser superior e invisible. Mons. Juan Bautista Gavilán “advirtió (a los devotos peregrinos) que con la condonación de deudas nomás, no se solucionarán los problemas principales del campesinado. Sostuvo que la agricultura familiar requiere de apoyo y asistencia”.
“El dinero no es herramienta para el progreso de los más humildes. Es más bien una herramienta de despojo de sus tierras, de sus bueyes y de sus casas. Las empresas bancarias deben ser generadoras de progreso, no herramienta de los poderosos. El proyecto de Dios es la equidad, la paz y el progreso para todos, no solo para unos pocos. Actualmente estamos desviando el rumbo que Dios planeó para nosotros, con tanta corrupción y malos manejos fuera de las enseñanzas cristianas. Solo Dios puede doblegar a los que viven en las alturas y que gozan de muchos privilegios, sin mirar a los pobres y mucho menos comprender sus necesidades”.
“A la innegociable condonación de deudas públicas y privadas por los campesinos con bancos, financieras, y cooperativas la Coordinadora por la Igualdad de Oportunidades de San Pedro, suma el reclamo de US$ 500 por familia, eliminación de Informconf, subsidio a productores de chía, CREACIÓN DE UN MINISTERIO DE AGRICULTURA FAMILIAR Y LA REPOSICIÓN DE LOS SUELDOS DESCONTADOS DE LOS DOCENTES POR DÍAS DE HUELGA. LA LUCHA POR LA TIERRA equivalente para los doctrinadores al lema de VENCER O MORIR, a la más absoluta disconformidad con el resto de la sociedad es la prédica del odio por la amenaza por medio de las vías de hecho, que por ser tales prescinden del derecho al que desprecian por oligárquico. Las ideas del arzobispo Valenzuela, respetables por su contenido, están lejos de la prédica del odio, de la invocación del nombre de Dios en vano y transfieren las responsabilidades que resultan de la inequidad, a los gobernantes que no pueden ocultar en sus actos la codicia del monopolio del poder político para provecho propio. Al leerlas en la prensa escrita es difícil sustraerse al interrogante que emponzoña e impide toda posibilidad de diálogo. ¿Porqué la tierra es la única alternativa de tan noble lucha? ¿No ofrece el Paraguay a los campesinos otras alternativas que en todo el mundo se despliegan fecundas en el horizonte de la sustentabilidad? ¿No sería ejemplo digno de ser estudiado la inclinación a la industria como en China, en la India, Corea y en muchas sociedades que no tienen tierras como Singapur que fueron pobres y están logrando salir de la pobreza para constituirse en campeones de la producción y el comercio? ¿Por qué ciertos pastores de la Iglesia Católica se zambullen en el odio a las empresas, y a todos cuantos han logrado sobresalir y utilizan argumentos arcaicos y superados hace tiempo, para tratar de lucrar subalternamente con la fuerza irracional de las tribus, de las hordas sedientas de lo que es ajeno?
¡Qué lejos está el Paraguay de ser o llegar a ser una sociedad homogénea, un ejemplo de convivencia armoniosa, un crisol de razas! Las heridas que me ha dejado mi experiencia personal después de muchos años de trabajo para formar una empresa en el campo es que la posibilidad de entendimiento se ha vuelto literalmente imposible. En guaraní me han dicho a gritos campesinos armados con foises, machetes y escopetas : ¡váyase de aquí!, ¡esta no es más su tierra! ¡Es nuestra! E invadieron mi estancia, la destruyeron, robaron todo lo que encontraron Sabemos quiénes son los promotores , de qué recursos se valen, cómo llegan de la nada a políticos para sumarse a la falange de los votos que definen elecciones de autoridades de todo tipo.
A dónde va la Iglesia Católica paraguaya, si hablan en nombre de Dios al campesinado, que no duda de sus pastores. ¡Que esperanza nos queda!