Cargando...
Aquí nacieron Juan Sinforiano Bogarín, el primer arzobispo del Paraguay, el Dr. Eligio Ayala, uno de los mejores presidentes de la República que conociera nuestro país; Juan de la Cruz Ayala, más conocido como Alon , entre otras tantas personalidades gloriosas. Sus raíces enseñaron a Mbuyapey a no permanecer estáticos, arrodillados y conformistas ante los más crueles avasallamientos del régimen stronista que lo mantuvo marcado y postrado. El hecho de ser cuna de figuras inquietas ha servido solamente para que sea víctima de crueles abandonos, pero con el orgullo de no haberse rendido ante los poderosos.
La población pudo experimentar las más graves persecuciones que ocasionaron su atraso, justamente para ser utilizado como el recinto de confinamiento de políticos que en la época eran tildados de comunistas. Con la ida del régimen dictatorial los mbuyapeyenses soñaron tiempos mejores; se acabaron las persecuciones, pero cuantos gobernantes que pasaron nunca demostraron preocupación por su desarrollo, excepto para un supuesto negociado del MOPC con la empresa Edivisa, para la construcción por cerca de 3 mil millones de guaraníes de un camino de todo tiempo que en realidad duró solamente algunos meses.
El radio urbano es un pequeño paraíso donde sorprende la dedicación, la cordialidad y la cultura de su gente. Con 800 millones de guaraníes de presupuesto sus autoridades están construyendo los primeros empedrados y otras obras de desarrollo tratando de sacar a la población del prolongado estancamiento; la comunicación telefónica va de mal a peor; en materia de salud el Dr. Andrés Notario director y único medico del Centro de Salud debe hacer milagros para atender a más de 15 mil habitantes de diversas compañías. Mbuyapey no merece este abandono de las autoridades del gobierno central, tiene potencialidades para el desarrollo, que deben ser aprovechadas para beneficios de la comunidad y del país.
La población pudo experimentar las más graves persecuciones que ocasionaron su atraso, justamente para ser utilizado como el recinto de confinamiento de políticos que en la época eran tildados de comunistas. Con la ida del régimen dictatorial los mbuyapeyenses soñaron tiempos mejores; se acabaron las persecuciones, pero cuantos gobernantes que pasaron nunca demostraron preocupación por su desarrollo, excepto para un supuesto negociado del MOPC con la empresa Edivisa, para la construcción por cerca de 3 mil millones de guaraníes de un camino de todo tiempo que en realidad duró solamente algunos meses.
El radio urbano es un pequeño paraíso donde sorprende la dedicación, la cordialidad y la cultura de su gente. Con 800 millones de guaraníes de presupuesto sus autoridades están construyendo los primeros empedrados y otras obras de desarrollo tratando de sacar a la población del prolongado estancamiento; la comunicación telefónica va de mal a peor; en materia de salud el Dr. Andrés Notario director y único medico del Centro de Salud debe hacer milagros para atender a más de 15 mil habitantes de diversas compañías. Mbuyapey no merece este abandono de las autoridades del gobierno central, tiene potencialidades para el desarrollo, que deben ser aprovechadas para beneficios de la comunidad y del país.