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Pese a toda esta potencia, CDE (como también se la conoce) todavía padece de numerosas precariedades. Por ejemplo: solo un reducido número de habitantes, aquellos que viven en el microcentro y barrios aledaños, tienen acceso al agua potable, distribuida por la Essap y la Itaipú. El resto de la población consume agua no tratada de pozos domiciliarios o depende de aguateras precarias, con pésimos servicios. La ciudad carece de alcantarillado sanitario, tampoco tiene desagüe pluvial, por lo que cualquier pequeña lluvia significa un desastre para los habitantes de los barrios. Tiene un vergonzoso servicio de transporte público, en el que los usuarios pagan el pasaje más caro en el país (G. 3.000) por viajar en latas de sardinas. El servicio de recolección de basura es deficitario y por ello la ciudad se llena de vertederos clandestinos.
Sin embargo, uno de los problemas más graves de Ciudad del Este, y que probablemente sea la causa principal de todos sus males, es la corrupción institucionalizada, que ha imperado desde su fundación y que la ha hecho merecedora del estigma de ciudad de la piratería, la corrupción, el tráfico y la ilegalidad.
Esta corrupción estuvo y continúa apañada por las más altas esferas de los poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). No es ningún mito el maletín de la coima que semanalmente llega a Asunción para los padrinos de la ilegalidad. El esquema corrupto nunca fue desmontado por ningún gobierno.
Gracias a la presión ciudadana, recientemente se logró desalojar de la Municipalidad a las cabezas del Clan Zacarías. Bastaron apenas dos meses de intervención para que salten un montón de irregularidades y ni siquiera se realizó una investigación profunda de la administración Zacarías.
En sus 62 años, Ciudad del Este siempre estuvo administrada por intendentes colorados, quienes fueron los principales responsables de todos los esquemas corruptos que operan dentro de la Municipalidad y que poco o nada hicieron por el desarrollo de la ciudad.
El próximo 5 de mayo se elegirá a un intendente para completar el periodo dejado por Sandra McLeod de Zacarías. Según las previsiones, son tres los que tienen mayores probabilidades de llegar a la intendencia: Wilberto Cabañas, del Partido Colorado; Teodoro Mercado, del Partido Liberal, y Miguel Prieto, del Movimiento CDE.
La semana que pasó fue clave para la unidad colorada. El movimiento Colorado Añetete que lidera el presidente Mario Abdo Benítez se alió a Honor Colorado, sin que se sepa todavía todo lo que hay detrás de ese pacto. Con este nuevo escenario, Cabañas tiene ahora el respaldo de la estructura del gobierno central, departamental y de la misma Municipalidad con el acercamiento de los leales de Javier Zacarías. Los opositores, en cambio, una vez más llegan divididos a una elección. Prieto y Mercado no lograron un consenso para afrontar unidos las elecciones.
Solamente una alternancia podría significar el inicio del desmantelamiento de verdaderas organizaciones mafiosas que operan dentro de la Municipalidad y que propician diferentes tipos de recaudaciones ilegales. Es muy difícil que Cabañas, abrazado ahora con los que fueron mentores de la corrupción, pueda limpiar el municipio esteño.
Por otro lado, es poco probable que los opositores puedan triunfar en las elecciones si llegan divididos frente al abroquelamiento colorado. El 5 de mayo, si la intendencia queda nuevamente en manos de los colorados, Miguel Prieto y Teodoro Mercado serán los responsables de haber desperdiciado la oportunidad de lograr un verdadero cambio en Ciudad del Este. En ese momento, Mercado y Prieto estarán marcados y en aprieto.
nelson@abc.com.py