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Él solo necesitó tener olfato para ubicarse al lado de la persona indicada y esperar su momento. De todo lo demás se encargará el sistema que lo llevará de un lugar a otro, menos a la cárcel.
En el año 2010 siendo administrador de Aduanas de Ciudad del Este ordenó desviar casi 300 millones de guaraníes que correspondían a un denunciante, lo que fue confirmado por él mismo mediante una grabación dispuesta por el entonces fiscal Arnaldo Giuzzio. Fue destituido e inhabilitado por tres años para ocupar cargos públicos, a raíz de este escándalo.
Sin embargo, Elio fue “elegido” diputado por el período 2013/18 y en estos días ya terminando el período renunció al cargo para ser nombrado tramposamente asesor del presidente de la República, quien burlándose de la ciudadanía, de las instituciones y de los principios rectores de la función pública ordenó una serie de movidas para que finalmente Elio se ubicara de nuevo como funcionario de Aduanas.
Así funciona el sistema. Mientras los mandatarios redactan en una mano un discurso principista y moralizador, con la otra hacen totalmente lo contrario. Así es imposible pensar que este sistema político actual pueda funcionar sin corrupción.
Como decía, no creo que los padres de Elio hayan planeado esto para su hijo, ni que él mismo lo haya calculado. Lo malo sería que los hijos quieran ser como el padre, o los sobrinos, nietos, o cualquiera de nuestros jóvenes que aprenden la lección de los mayores y de quienes ostentan el honor de representarnos. El mal ejemplo es la escuela que mejor funciona en Paraguay.
ebritez@abc.com.py