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La situación del Paraguay, en cambio, empeora. A medida que suben los precios de la energía, pierde unos 600 millones US$/año (casi el 10% de nuestro PIB), al mismo tiempo que Brasil se vuelve más competitivo gracias a nuestra energía de Itaipú, en más de 3.000 millones US$/año, en lo que es uno de los tratos más inequitativos de toda la historia de la humanidad.
TRATADO INTRINSECAMENTE INJUSTO
Según el derecho internacional, un convenio puede ser renegociado cuando las circunstancias cambian de tal forma que vuelven lo acordado en un trato intrínsecamente injusto, imposible de prever en el momento en que se firmó el tratado. En los casos de Panamá y de Bolivia, se trató de acuerdos claramente injustos y es por ello que fueron revisados y corregidos, incluso con la aceptación de sus contrapartes.
Lo mismo ocurre con el Tratado de Itaipú, aunque ningún Gobierno paraguayo ha iniciado gestión firme alguna. Paraguay es el único país con excedentes energéticos en el Mercosur (se excluya a Bolivia, que no es miembro pleno) y se ve perjudicado cuando los precios de la energía suben. Es un contrasentido difícil de justificar, aunque sea muy fácil de comprender. La mayor competitividad que consigue el Brasil con la energía paraguaya de Itaipú, en el orden de 3.000 millones US$/año, no es compartida con el Paraguay. Esta mayor competitividad es fácil de calcular, pues se deriva de lo que les cuesta a los países que son competencia del Brasil generar igual cantidad de electricidad que le provee el Paraguay a costo fijo. Los altos precios de la energía le ocasionan al Paraguay una pérdida de 600 millones US$/año. Se da así la extraña paradoja de que cuando mejor nos debería ir (porque los precios de la energía -nuestra principal exportación- mejoran) peor nos va. Es como si a un productor de oro le fuera peor cuando sube su cotización.
LAS CIRCUNSTANCIAS HAN CAMBIADO
El Tratado de Itaipú se firmó en 1973, cuando el precio del barril era de 3 dólares, mientras que ahora es de 70 dólares. Más importante aun es el hecho de que en 1973 no existían mercados eléctricos mayoristas. Tampoco existía el Mercosur.
Hoy, en cambio, todos los bienes y servicios pueden intercambiarse libremente en el Mercosur, excepto la energía paraguaya de Itaipú, porque el Tratado de Itaipú lo prohíbe. De ahí que en este tratado se haya incurrido en una imprevisión en su acepción del derecho internacional -que amerita su revisión-. Como en 1973 no se preveían el Mercosur, ni los mercados eléctricos ni la extraordinaria suba de las cotizaciones de la energía, la cesión de la energía paraguaya a precio fijo al Brasil carece de base jurídica.
Hoy todas las energías se comercializan a precio de mercado. Bolivia ha sentado un precedente en la región para un energético similar a la electricidad, como es el GN. No solo ha recuperado su soberanía sobre sus yacimientos y una mayor participación (82%), sino que está consiguiendo un mejor precio para su GN.
Argentina acordó -según informa la prensa- un aumento de 3 a 5 dólares por millón de BTU, nada menos que el 60% más de lo que le pagaba, y el Brasil, se informa, terminará aceptando una suba similar, pues los precios de mercado son mucho mayores
¿Por qué Paraguay no recibe beneficios proporcionales a los precios de mercado por su energía? ¿Por qué los beneficios de la energía paraguaya de Itaipú quedan solo en el Brasil? Dado que el Paraguay es el dueño soberano del 50% de la energía de Itaipú, al menos parte de los beneficios de la mejor competitividad (más de 3.000 millones US$/año), que son acaparados por el Brasil, debe ser compartida con nuestro país. El derecho internacional nos favorece y, si el Brasil no acepta una renegociación bilateral, el Paraguay debe llevar este caso a los estrados internacionales (la Corte de La Haya), como la Argentina ha hecho con Uruguay.
TRATADO INTRINSECAMENTE INJUSTO
Según el derecho internacional, un convenio puede ser renegociado cuando las circunstancias cambian de tal forma que vuelven lo acordado en un trato intrínsecamente injusto, imposible de prever en el momento en que se firmó el tratado. En los casos de Panamá y de Bolivia, se trató de acuerdos claramente injustos y es por ello que fueron revisados y corregidos, incluso con la aceptación de sus contrapartes.
Lo mismo ocurre con el Tratado de Itaipú, aunque ningún Gobierno paraguayo ha iniciado gestión firme alguna. Paraguay es el único país con excedentes energéticos en el Mercosur (se excluya a Bolivia, que no es miembro pleno) y se ve perjudicado cuando los precios de la energía suben. Es un contrasentido difícil de justificar, aunque sea muy fácil de comprender. La mayor competitividad que consigue el Brasil con la energía paraguaya de Itaipú, en el orden de 3.000 millones US$/año, no es compartida con el Paraguay. Esta mayor competitividad es fácil de calcular, pues se deriva de lo que les cuesta a los países que son competencia del Brasil generar igual cantidad de electricidad que le provee el Paraguay a costo fijo. Los altos precios de la energía le ocasionan al Paraguay una pérdida de 600 millones US$/año. Se da así la extraña paradoja de que cuando mejor nos debería ir (porque los precios de la energía -nuestra principal exportación- mejoran) peor nos va. Es como si a un productor de oro le fuera peor cuando sube su cotización.
LAS CIRCUNSTANCIAS HAN CAMBIADO
El Tratado de Itaipú se firmó en 1973, cuando el precio del barril era de 3 dólares, mientras que ahora es de 70 dólares. Más importante aun es el hecho de que en 1973 no existían mercados eléctricos mayoristas. Tampoco existía el Mercosur.
Hoy, en cambio, todos los bienes y servicios pueden intercambiarse libremente en el Mercosur, excepto la energía paraguaya de Itaipú, porque el Tratado de Itaipú lo prohíbe. De ahí que en este tratado se haya incurrido en una imprevisión en su acepción del derecho internacional -que amerita su revisión-. Como en 1973 no se preveían el Mercosur, ni los mercados eléctricos ni la extraordinaria suba de las cotizaciones de la energía, la cesión de la energía paraguaya a precio fijo al Brasil carece de base jurídica.
Hoy todas las energías se comercializan a precio de mercado. Bolivia ha sentado un precedente en la región para un energético similar a la electricidad, como es el GN. No solo ha recuperado su soberanía sobre sus yacimientos y una mayor participación (82%), sino que está consiguiendo un mejor precio para su GN.
Argentina acordó -según informa la prensa- un aumento de 3 a 5 dólares por millón de BTU, nada menos que el 60% más de lo que le pagaba, y el Brasil, se informa, terminará aceptando una suba similar, pues los precios de mercado son mucho mayores
¿Por qué Paraguay no recibe beneficios proporcionales a los precios de mercado por su energía? ¿Por qué los beneficios de la energía paraguaya de Itaipú quedan solo en el Brasil? Dado que el Paraguay es el dueño soberano del 50% de la energía de Itaipú, al menos parte de los beneficios de la mejor competitividad (más de 3.000 millones US$/año), que son acaparados por el Brasil, debe ser compartida con nuestro país. El derecho internacional nos favorece y, si el Brasil no acepta una renegociación bilateral, el Paraguay debe llevar este caso a los estrados internacionales (la Corte de La Haya), como la Argentina ha hecho con Uruguay.