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Hasta donde se tiene memoria, los árbitros que dirigían los partidos de la primera división lucían un uniforme impecablemente blanco incluyendo sus zapatos. Aun se recuerda con ese atuendo a algunos árbitros que dirigían los partidos por la década del año 50 del siglo anterior. Entre los más conocidos se puede nombrar a don Cayetano De Nicola, Mario Rubén Heyn, Marco Gerinaldo Rojas, Roberto González. Posterior a esta generación fueron apareciendo nuevas figuras, como José Dimas Larrosa, Fariña Flores, Hugo Sosa Miranda, Tomás Troxler, Asterio Martínez, Héctor Froilán Ortiz, José Romei, Antonio Montórfano, Rubén Cabrera, Juan A. Ruiz Díaz y otros.
A los efectos de capacitar a los árbitros paraguayos, la entonces Liga Paraguaya de Fútbol contrató a un juez italiano que actuaba en la Argentina de nombre Vito Di Cagno. Si mejoró el trabajo de los árbitros paraguayos ya no se tiene memoria. Pero lo que resultó es que el italiano se sumó al plantel de jueces que dirigían los partidos de primera división.
Un aporte que también se recuerda del extranjero es que fue el propiciador de una revista semanal, bajo la dirección de Fernando Cazenave, donde también colaboraban Néstor Melgarejo Bogado, Bartolomé Amarilla Domínguez y la administración estaba a cargo de Enrique Quiroga.
El objetivo de la nota era evocar los pasos que siguieron los árbitros paraguayos, para ir adaptando su indumentaria, la que por entonces comenzaba a emerger. Los argentinos que también cuestionaban la actuación de los árbitros criollos, no encontraron otra fórmula para subsanar su déficit que contratar árbitros ingleses. Y la Liga paraguaya pidió prestado a la AFA el concurso de uno de esos árbitros para dirigir un importante partido que se jugaría en Asunción (tal vez haya sido el clásico de ayer y de hoy, es decir, un choque entre Olimpia y Cerro Porteño).
La cuestión es que el referee inglés ingresó al campo de juego con un uniforme que hasta entonces no usaban los paraguayos. Por primera vez el conductor del juego tenía la indumentaria propia del pantaloncito corto y la remera negra. A partir de entonces se dejaron de usar los pantalones, camisas y zapatos blancos.
Claro que los árbitros tampoco han escapado al avance de la tecnología. Hoy existe el cuarto árbitro, el principal conductor del juego tiene comunicación instantánea con sus colaboradores. Solo habría que recordar que detrás de toda la parafernalia está el hombre que como tal está sujeto a los aciertos y errores.
Antes y hoy tiene la obligación de dirigir el juego con justicia y equidad durante 90 minutos.
A los efectos de capacitar a los árbitros paraguayos, la entonces Liga Paraguaya de Fútbol contrató a un juez italiano que actuaba en la Argentina de nombre Vito Di Cagno. Si mejoró el trabajo de los árbitros paraguayos ya no se tiene memoria. Pero lo que resultó es que el italiano se sumó al plantel de jueces que dirigían los partidos de primera división.
Un aporte que también se recuerda del extranjero es que fue el propiciador de una revista semanal, bajo la dirección de Fernando Cazenave, donde también colaboraban Néstor Melgarejo Bogado, Bartolomé Amarilla Domínguez y la administración estaba a cargo de Enrique Quiroga.
El objetivo de la nota era evocar los pasos que siguieron los árbitros paraguayos, para ir adaptando su indumentaria, la que por entonces comenzaba a emerger. Los argentinos que también cuestionaban la actuación de los árbitros criollos, no encontraron otra fórmula para subsanar su déficit que contratar árbitros ingleses. Y la Liga paraguaya pidió prestado a la AFA el concurso de uno de esos árbitros para dirigir un importante partido que se jugaría en Asunción (tal vez haya sido el clásico de ayer y de hoy, es decir, un choque entre Olimpia y Cerro Porteño).
La cuestión es que el referee inglés ingresó al campo de juego con un uniforme que hasta entonces no usaban los paraguayos. Por primera vez el conductor del juego tenía la indumentaria propia del pantaloncito corto y la remera negra. A partir de entonces se dejaron de usar los pantalones, camisas y zapatos blancos.
Claro que los árbitros tampoco han escapado al avance de la tecnología. Hoy existe el cuarto árbitro, el principal conductor del juego tiene comunicación instantánea con sus colaboradores. Solo habría que recordar que detrás de toda la parafernalia está el hombre que como tal está sujeto a los aciertos y errores.
Antes y hoy tiene la obligación de dirigir el juego con justicia y equidad durante 90 minutos.