Lo urgente vs. lo importante

A todos nos ocurre que pasamos días, semanas, meses y hasta años ocupados en cosas que creemos son importantes pero que en realidad no son urgentes. Esto ocurre con la ANDE, que hizo inversiones importantes (se habla de US$ 700 millones, ahora se habla de otros 220 millones más), pero los resultados no se ven, a pesar de que los síntomas persisten hace varios años y que los usuarios no hemos notado cambios en el servicio público brindado.

Cargando...

La línea de Itaipú llegó con retraso en el 2013, pero evitó el caos inminente (ya en el alargue, pérdidas del 33%), lo mismo sucederá con la línea de Yacyretá, la que con suerte estará a mediados del 2018, pero después de otro verano más.

Si la demanda del departamento Central reúne al 60% de los usuarios, ¿por qué el foco no está puesto en lo urgente? La gestión debe manifestarse no solo en la acción, sino en los resultados (eficacia). La ANDE, por ejemplo, reforzó estos dos últimos años el anillo Norte (Itakyry-Curuguaty- Bado-Cerro Corá PJC, energizada pocas semanas atrás con más de 300 metros de línea de 220 kV, con sus estaciones, para atender a aproximadamente al 15% de los usuarios, una obra importante, no solo en recursos (+US$ 150 millones) pero, a mi parecer, quizás no sea urgente.

Lo mismo sucedió con la adecuación de barras de la EBY, esperada durante casi una década y la inauguración de la Estación de Ayolas en 500 kV y 750 MVA (marzo 2015), en los discursos inaugurales, con la presencia del presidente de la República, se mencionaba que traerían 700 MW para el verano 2015/16, pero la realidad muestra que solo trajeron en el 2016 unos 280 MWm, 6% menos respecto al 2015 y solo 4% más de energía respecto al 2013, cuando no había nada en 500 kV... Entonces lo urgente según fue esgrimido, en realidad era solo importante, quizás hasta podría haber sido estratégico para la negociación EBY 2014, pero ya sabemos que no hay resultados.

La ANDE mantiene el statu quo de alimentar el SINPY (Sistema Interconectado Nacional) un 75,5% desde Itaipú y solo el 16,5% de Yacyretá en la política energética actual de ceder más en las (ex) binacionales, completando el 8% con Acaray, con vida útil vencida, a pesar de que produjo un 21% más respecto al 2015 y un 44% más respecto al 2013.

Entonces, ¿cuáles son los riesgos del SIN (Sistema Interconectado Nacional) si perdemos una o varias máquinas en Acaray? ni hablar de perder la Línea de Transmisión de 500 kV de Itaipú. Pero, esto es la planificación de la ANDE, que no cambiará mucho a pesar del plan energético PY 2040, o el Plan Maestro Decenal de la propia ANDE.

Casos como estos hay muchos para citar, en los que la eficiencia no siempre se tradujo en eficacia, vemos que recursos hay y sabemos que son (serán) insuficientes y que la demanda supera a la oferta, pero para ello está la gestión del ente, con su staff de profesionales, no solo para administrar eficientemente lo técnico, sino eficazmente los recursos insuficientes.

La demanda creció en energía solo un 4,6% en 2016 (18% desde el 2013), menor a la estimación que siempre se muestran en los power point, de por lo menos un 10% anual acumulado, equivalentes a un Acaray (200 MW) anual; pero los últimos siniestros ocurridos nos muestran que el sistema no goza de buena salud, a pesar de que el último pico de la demanda del 18/02/2016 fue de 2.917 MW y aun no hemos llegado a los 3.000 MW (< 3%) , el sistema tuvo sus recaídas, que desnudan problemas graves, no solo de infraestructura, sino también de ingeniería de potencia, cuyos siniestros tienen un alto costo (+US$ 50 millones) que deben reponerse sí o sí, a pesar de que el propio ministro de Hacienda alardee de que nadamos en dólares, pero sabemos que la ANDE depende casi 100% de préstamos externos para inversiones en infraestructura.

Por la prensa vemos que hay más gestión y celeridad para adjudicar un contrato de seguridad privada por unos US$ 10 millones que adecuar una estación o subestación por igual monto.

La mayoría de los profesionales del sector diagnostican falta de inversiones en infraestructura, quizás sea solo uno de los síntomas, pero ¿es la causa real? ¿Quién analiza los riesgos? ¿Quién fija las prioridades?, ¿por qué desde afuera uno ve, en sentido figurado, que a la ANDE le aprieta el zapato, pero se compra un traje con el argumento que el crédito ya fue aprobado? Sin embargo el traje nuevo no impide que la renquera persista.

Evidentemente que si no hay un cambio de paradigmas y mantenemos el statu quo, tanto en ANDE como en las (ex) binacionales tendremos problemas, hoy y en el corto plazo, tal como lo señalo el Ing. Víctor Romero al visitar y explicar las obras de PBO y MRA, obras conexas a la estación VHA, que debían estar listas o semilistas o en andamiento al energizarse la LT 500 kV Itaipú VHA, hace ya unos tres años. Esgrimirán miles de excusas, pero la gestión está para eso, para obtener los resultados en tiempo y forma; de lo contrario solo debe dar el paso al costado.

Por eso repito, las obras del Plan Maestro actual son urgentes o son importantes o ambas, por ejemplo el proyecto PCH del Ypané? entre otros. ¿Por qué se esperó tres años y ahora, cuando se aprobó el préstamo de la CAF, se atiende lo urgente (distribución en el Sistema Metropolitano)?, pero las obras, con suerte estarán listas no para este verano o el próximo.

Las expresiones del Ing. Carlos Heisele, con mucha experiencia en el ente (sin hacer juicio de valor alguno sobre su gestión): “Sinceramente, los ingenieros sentimos una profunda vergüenza ante la gran cantidad de problemas que hay con el suministro de electricidad. Pido disculpas al pueblo por lo lamentable de la situación”. Expresa la percepción generalizada de que el servicio brindado por la ANDE, para propios y extraños, empeoró, a pesar de los importantes recursos invertidos.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...