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Al presidente Horacio Cartes y su entorno le quedó atragantada la derrota de su delfín. Eso cambió todo el escenario y ahora tiene que volver a reposicionarse de cara al futuro político. El resultado de las elecciones internas muestra que su llegada a la Cámara de Senadores no asegura nada y que los que se mostraban como aliados, en la derrota se presentan como los más fieros adversarios.
Javier Zacarías lo considera el gran responsable del pobre desempeño de Santiago Peña en Alto Paraná. Lilian Samaniego todavía tiene en la retina la abierta campaña que el oficialismo hizo contra la candidatura a diputado de su hermano Arnaldo; que finamente lo dejó en el cuarto lugar de la lista y el exsenador Óscar González Daher rumia su enfado porque no tiene respaldo en el escándalo de los audios del Jurado de Enjuiciamiento que muestran el manejo discrecional de jueces y fiscales. Los tres ocupan lugares detrás de Cartes en la lista de Senadores pero ninguno es un aliado seguro. De acuerdo con la coyuntura podrían ser compañeros ocasionales de ruta pero no mucho más que eso.
En ese contexto la fuerza de Honor Colorado en la Cámara de Senadores y su futuro como movimiento interno podría estar en riesgo. Todavía habrá que esperar el resultado de las elecciones de abril para tener un panorama más claro, pero es seguro que Honor Colorado no será la fuerza política excluyente que pretendía ser a inicios del año pasado.
La situación incluso podría ser más grave si las fuertes diferencias internas dentro del movimiento se profundizan y la maniobra de aislar al presidente Cartes termina prendiendo dentro del grupo. Si esa ruptura se concreta Honor Colorado podría terminar diluido como un movimiento menor dentro de la ANR. Por ahora solo hay tensas fricciones sin mayores certezas. Todos esperan para ver como se van desarrollando los acontecimientos para no quedar mal parados.
Mario Abdo, como candidato presidencial de los colorados, hace campaña sin Cartes, en la misma línea de quienes trabajan en aislarlo. No fue casualidad que la semana pasada prefiriera no compartir escenario en un acto partidario. La cuestión no solo pasa por el alto índice de rechazo que genera Cartes en los centros urbanos, además es una movida para terminar con su carrera política. Incorporarlo en los cuadros políticos podría darle el oxígeno que perdió al ser derrotado en las internas. Permitir su recuperación y crecimiento podría tener consecuencias en los grupos políticos que aspiran a tener el control partidario en las próximas décadas. Cartes y su equipo mostraron que no entienden de convivencias en medio de las diferencias, de las discrepancias siempre presentes en la vida democrática. Su concepto político parece estar más próximo a los modelos totalitarios donde los que discrepan o no se alinean deben ser arrasados. Eso lo llevó a la derrota, pero no parece haber mucho intereses en cambiar de rumbo.
Por ahora Cartes junto con su equipo más cercano analiza escenarios posibles para tratar de encontrar una respuesta aceptable que cuadre con sus objetivos políticos. La derrota en las internas generó demasiado malestar; pero saben que ahora es tiempo de mirar para adelante si pretenden sobrevivir como grupo más allá del 15 de agosto de 2018. La cuestión es qué camino andar.
En medio de estas tremendas fricciones el Partido Colorado se encamina a las elecciones generales de abril próximo. Para muchos este es el caldo de cultivo ideal donde germinara la victoria de la oposición. Sin embargo, todavía es muy temprano para adelantar ganadores. En política las predicciones nunca son certeras si no se comprende la coyuntura y no se tienen datos firmes que puedan alumbrar el camino.
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