“La prensa miente”

“Los medios de las ‘noticias falsas’ no dicen la verdad de forma deliberada. (Son) un gran peligro en nuestro país”... “Hace unos días dije que la ‘prensa falsa’ es el ‘enemigo del pueblo’. Pues vuelvo a decirlo, es el enemigo del pueblo porque no tiene fuentes. No representan al pueblo y vamos a hacer algo al respecto”. Esto fue lo que manifestó recientemente el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, tras lo cual los periodistas de la cadena CNN, los diarios Los Angeles Times y The New York Times, y los sitios digitales Politico y BuzzFeed fueron impedidos de tomar parte de una reunión de prensa junto al portavoz presidencial, Sean Spicer.

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“Queremos que ustedes designen a las personas que cada quince días, o cada mes, vamos a encontrarnos para ver cuáles son las tareas pendientes, qué no estamos haciendo, qué nos falta, en dónde tenemos que apretar más para que la información llegue a la gente; la información clara, la información veraz, lo cierto; para que llegue la buena noticia, que finalmente es lo que queremos”... Esto fue lo que manifestó el vicepresidente Juan Afara en una reciente reunión con propietarios de radioemisoras del interior del país.

Como puede apreciarse la incomodidad que genera la prensa no solo se da en países del Tercer Mundo, como el nuestro, sino también en las grandes potencias. La prensa cumple con su función y molesta.

El sesgo autoritario que viene asumiendo el Poder Ejecutivo en los últimos tiempos a través de sus representantes se viene traduciendo en acciones concretas que preocupan, no son cuestiones aisladas, afectan al funcionamiento de la República y tiene sus consecuencias tanto internas como externas.

Esta visto que a estas alturas discutir jurídicamente sobre si está autorizado o no incluir la figura de la reelección presidencial a través de la enmienda, casi no tiene sentido. Hay una amplia mayoría de entendidos en la materia que así lo aseguran, desde casi o más de una veintena de exconvencionales constituyentes, pasando por reconocidos juristas, llegando al propio asesor político del presidente de la República Darío Filártiga (con un brillante dictamen) y terminando en aquella convocatoria realizada por la propia Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputado a reconocidos juristas, que en mayoría aplastante y que con apoyo de legisladores del cartismo, decidieron enviar al archivo un proyecto porque entendían que no correspondía.

Otro caso concreto corresponde al decreto del Ejecutivo mediante el cual el Ministerio de Hacienda reglamentó el Impuesto a la Renta Personal (IRP), modificando claras disposiciones establecidas en la ley y poniendo de cabeza la pirámide de Kelsen. La consecuencia lógica: hoy se tiene un levantamiento de gremios empresariales y trabajadores, así como de entendidos en la materia como los contadores.

Y el último acto de prepotencia, el pedido de una “certeza constitucional” a la Corte para “avalar” la emisión de bonos del Tesoro. Más allá de las imbricadas interpretaciones, se valen de una figura inexistente y crispando aún más el caldeado ambiente político. El endeudamiento del Estado (ergo, nosotros) es un acto de soberanía y requiere del más amplio consenso y no del capricho de los gobernantes de turno. Se está comprometiendo a futuras generaciones.

Son apenas algunos ejemplos y podrían ser más. Es lo último que pudo verse. Es un argumento barato tratar de distraer la atención con argumentos como que la prensa juega a favor de tal o cual partido, o que los periodistas están “ideologizados”.

Mal que le pese a Trump y a las autoridades locales, los periodistas seguirán haciendo su trabajo. Cualquiera sea la postura que tengan, siempre que la crítica sea honesta.

rsosa@abc.com.py

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